Imagen
Julieta Silva, quien ganó notoriedad por el trágico asesinato de Genaro Fortunato en 2017, ha regresado al penal de San Rafael. Este lunes, la fiscalía revocó su arresto domiciliario tras determinar que incumplió una orden de restricción que le impedía contactar a la hija de su expareja.

Desobediencia, amenazas y un historial que la persigue

La decisión judicial se basa en el hecho de que Silva habría tomado contacto con la menor, a pesar de la medida impuesta por una jueza de Familia. Esta acción derivó en una imputación por desobediencia y amenazas.

Este nuevo revés legal agrava la ya complicada situación de Silva, que ocurre a casi ocho años del incidente en el que atropelló y causó la muerte de su entonces pareja, Genaro Fortunato. Además, la imputación actual se suma a una denuncia previa por violencia de género, presentada por su expareja (padre de la menor), que derivó en una causa por lesiones.

Según la Fiscalía de Instrucción N°2 de San Rafael, Silva fue trasladada al cuerpo médico para realizar las pericias correspondientes antes de su reingreso al penal, donde ya había estado detenida en 2018 por el caso Fortunato. El Ministerio Público Fiscal de Mendoza informó que la nueva investigación comenzó el 17 de julio, tras la denuncia por el incumplimiento de la orden de restricción relacionada con la hija de su pareja y la expareja de este último.