Lo que comenzó como una simple búsqueda de Felipe, un perro extraviado, se ha transformado en una serie de violentos enfrentamientos vecinales que han escalado hasta protagonizar escandalosas transmisiones en vivo del programa "Cortá por Lozano" (Telefe). A pesar de que la mascota ya apareció, la tensión en el barrio persiste y genera preocupación.

El conflicto se desató el martes, cuando la desaparición de Felipe, un can muy querido en la zona, alertó a sus dueños. La situación se agudizó con la intervención del equipo de "Cortá por Lozano", que se trasladó al lugar para cubrir el suceso. Durante esa primera transmisión, el ambiente se tornó caótico, derivando en una batalla campal donde la cámara del equipo de televisión fue destruida, un camarógrafo agredido por la espalda, y un presunto agresor casi atropella a una persona al huir.

Aunque Felipe fue encontrado días después, la calma no regresó al barrio. La familia propietaria del perro mantiene serias dudas sobre lo sucedido durante su ausencia, reavivando sospechas y la hostilidad entre los vecinos.

La situación volvió a descontrolarse este jueves, cuando el programa regresó al lugar con la intención de mostrar el "final feliz" del caso. Sin embargo, la transmisión en vivo volvió a ser escenario de una nueva pelea entre vecinos, con gritos, empujones y actos de violencia que obligaron a la producción a cortar abruptamente la salida al aire.

El origen de este conflicto, según se conoció, radica en la acusación de una familia a sus vecinos por el presunto robo del perro con fines de lucro. En el debut de Sol Pérez como conductora del programa, la cronista tuvo que intervenir en medio de un clima cargado de acusaciones y gritos, con presencia policial intentando contener la escalada de violencia. Lo que parecía ser una noticia de interés local por la desaparición de una mascota, terminó siendo un reflejo de una compleja y preocupante interna vecinal.