El reciente informe del INDEC sobre el uso de la capacidad instalada en la industria (UCI) revela una realidad económica dual. Por un lado, el índice de septiembre alcanzó el 61,1%, marcando el mejor registro de los últimos diez meses y una mejora mensual de 1,7 puntos respecto a agosto (59,4%). Por otro lado, la comparación contra el año anterior confirmó una tendencia negativa: la utilización cayó por tercer mes consecutivo, ubicándose por debajo del 62,2% de septiembre de 2024.
Los pilares de la contracción y el IPI en rojo
El retroceso interanual es impulsado por la fuerte desaceleración en rubros sensibles al consumo y a la competencia externa. El sector de Caucho y Plástico fue un lastre significativo, desplomándose del 49,9% al 42,9% de capacidad utilizada, lo que refleja una menor demanda en la fabricación de neumáticos y manufacturas. El sector Textil experimentó la caída más abrupta, con una reducción superior a los 14 puntos porcentuales, evidenciando un profundo impacto de la retracción del consumo interno y la liberalización comercial en la elaboración de hilados y tejidos.
Esta dificultad para mantener la tracción se ve confirmada por el Índice de Producción Industrial (IPI), que se contrajo un 0,1% en septiembre con respecto a agosto y acumula una caída del 3,6% desde mayo. Los segmentos textil y automotriz son señalados como los más afectados por esta contracción, vinculada a la apertura comercial y la debilidad de la demanda.
Refinerías al tope, textiles en el fondo
El informe del INDEC subraya la heterogeneidad de la actividad productiva. Los rubros con mayor nivel de actividad y que superan la media del 61,1% fueron la refinación del petróleo, que opera casi a pleno con un 88,9%, las industrias metálicas básicas (70,4%), los productos alimenticios y bebidas (69,2%), el papel y cartón (65%), y las sustancias y productos químicos (63,7%).
En contraste, los sectores más rezagados y que se ubican por debajo del promedio son: productos minerales no metálicos (58,6%), la industria automotriz (57,1%), edición e impresión (55,2%), productos del tabaco (48,7%), metalmecánica excepto automotores (43,5%), productos de caucho y plástico (42,9%), y en el último lugar, los productos textiles, que solo alcanzan el 37,1% de su capacidad.
