La efímera baja de retenciones, diseñada para impulsar la liquidación de las cerealeras, ha provocado un efecto boomerang en el mercado interno, desatando una escalada inmediata en los precios de los alimentos. Ante la llegada de listas con incrementos de hasta un 7%, las cámaras de supermercados y autoservicios minoristas exigieron la "intervención urgente" del Gobierno nacional.
La Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), que agrupan a comercios del interior, emitieron un comunicado titulado "El supermercadismo argentino pide prudencia," alertando sobre la volatilidad de los mercados que amenaza con pulverizar aún más las ventas.
El círculo vicioso de la recesión
El sector minorista se encuentra acorralado. Hasta ahora, habían evitado trasladar el impacto de los últimos saltos del dólar para proteger un consumo en caída libre, que el INDEC ya había situado en un descenso del 2,1% intermensual en julio.
Sin embargo, la medida extraordinaria que permitió a las cerealeras liquidar un monto récord de 7.000 millones de dólares en dos días, generó una reacción inflacionaria inmediata. Los productos de molinos harineros, yerbateras y aceiteras fueron los que más subieron, agravando la situación de las familias y de los comercios.
"Si remarcamos se nos caen más las ventas, si no remarcamos no cubrimos los costos... Todo nos empuja a cerrar. Esto es de locos," lamentó un propietario de autoservicio, reflejando el dilema del minorista.
Pedido de auxilio al Presidente
Las cámaras no solo instaron a los proveedores a retrotraer los precios porque el mercado "no reconocerá aumentos injustificados," sino que se dirigieron al presidente Javier Milei con un ruego explícito para que actúe "más allá de las urgencias electorales."
El sector argumenta que la medida cambiaria, impulsada por el Gobierno para calmar la divisa, tuvo el efecto perverso de una transferencia de ingresos sin precedentes, beneficiando a las grandes exportadoras a costa del bolsillo de la mayoría.
El pedido de auxilio al Gobierno incluyó una lista de reclamos estructurales para reactivar la economía, entre ellos: la defensa del poder adquisitivo, el impulso al consumo y la inversión, la creación de empleo y la necesidad de cambios impositivos.