ImagenPor: Marta Rosas
Presidente de la subcomisión de Ciclismo del Círculo Policial Neuquino

El día viernes 22 de noviembre, entre gallos y medianoche se eligieron las autoridades de quienes regirán los destinos de la Federación Neuquina de Ciclismo, o dicho de otra manera: a los encargados de promover, fomentar y acompañar al ciclismo y a los/las ciclistas, como también prestar asesoramiento, fiscalizar y bregar por la unidad del movimiento ciclístico en toda la provincia tal como expresa su estatuto.

Seguramente todo esto le resulte extraño o novedoso a quienes pedalean todos los días, o a quienes fuimos alguna vez a alguna carrera, o viajamos a algún campeonato o competencia y, por supuesto, a sus familiares y amigos. Nada es casualidad, resulta extraño porque quienes estuvieron a cargo de la federación durante los últimos años nunca hicieron nada de esto, no se ocuparon ni se interesaron de las necesidades ni la integridad del ciclista, no solo no organizaron competencias sino que además brillaron por su ausencia en cada evento, carrera o campeonato en los que debían colaborar y apoyar a los ciclistas de la provincia, mucho menos se ocuparon de gestionar para hacer posible que los ciclistas viajen a competir, tampoco cumplieron su obligación de fiscalizar las carreras que se desarrollaron, ni se hicieron presente cuando algún ciclista se accidentó, nada de esto les importó. Eso sí: de lo único que no se “olvidaron” fue de cobrar el licenciamiento que requieren los deportistas, convirtiéndose así en la única función a cumplir por la FNC.

Si existía alguna esperanza de cambiar el rumbo de la federación en la asamblea del día viernes donde debían elegirse los nuevos integrantes de la comisión directiva, lamentablemente no ocurrió. Y no ocurrió por diversas razones y muchas mezquindades, no ocurrió porque la comisión saliente se encargó de asegurarse la continuidad de los mismos de siempre al frente de la institución. Incumpliendo el propio estatuto, que claramente expresa en su artículo 22 que se debe emplear el sistema de lista completa, arbitrariamente decidieron no convocar a la presentación de las mismas y reemplazar el sistema por uno más acorde a sus intereses (mediante papelitos repartidos entre los presentes); de darle claridad y transparencia a las elecciones tampoco se preocuparon. Como si la forma irregular de elección no fuera suficiente tampoco se sonrojaron en los motivos por los que deben continuar al frente de la federación, tal como lo expresó el señor Francisco Quiroga al proponer al señor Ortiz como presidente únicamente “porque tiene plata y tiempo”. Tener “plata y tiempo” pareciera ser mejor virtud que trabajar por el ciclismo y los ciclistas, mejor que apoyar y hacer crecer la disciplina; pero llamativamente nunca invirtió ese tiempo en acompañar a la familia ciclística y tampoco se comprende entonces por qué se adeudaban los balances 2021,2022 y 2023 si la comisión directiva poseía los recursos para regularizarlos. Reafirmando esta falta de principios el propio aspirante a la presidencia reconoció sin ningún empacho no tener propuestas, objetivos ni un plan de trabajo para el desarrollo del ciclismo en la provincia.

La única ambición visible es la de permanecer a toda costa, recurriendo incluso al machismo y la violencia (como la ejercida por Quiroga en la propia asamblea ante la vista de todos, física y verbalmente, hacia otro integrante y también de género ante una participante mujer) y a la complicidad de quienes se hicieron presente (como el caso de Pablo Quiroz, Fabián Méndez, Gladys Díaz y su hija, Carlos Dinamarca, Benjamín Contreras, Demetrio Contreras) con la única finalidad de repartirse los cargos y convalidar pasivamente estos métodos.

Lamentablemente para el ciclismo y la familia del ciclismo la federación continuará en manos de quienes nunca nos representaron, en manos de aquellos que solo trabajan por sus intereses personales y “aparecen” cuando hay que cobrar algún subsidio del estado (a cambio de permitirles a las autoridades provinciales el manejo de la federación en las designaciones de los cuerpos técnicos - y la intromisión de algún puntero - y demás decisiones que deberían ser propias por la autonomía institucional que posee) o recaudar por medio de las licencias necesarias para competir.

Ante este panorama, quienes venimos trabajando activa y profesionalmente en el ciclismo, lejos de bajar los brazos afrontaremos esta realidad como un desafío y con la firme convicción de que los destinos del ciclismo lo deben marcar los y las ciclistas, por lo que es fundamental organizarnos junto a las familias y amigos. Continuaremos más firmes que nunca en el camino del desarrollo de nuestro “semillero”, trabajando especialmente en las categorías infantiles y juveniles que tantos resultados están y seguirán trayendo a nuestras localidades, seguiremos revalorizando la categoría damas para que tenga el espacio que se merece; al igual que profundizaremos el trabajo realizado en las categorías máster, elite y libres que tanta atención y organización requiere.