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Ella es Esmeralda, vive en los Menucos… un pequeño pueblo del oculto norte del Neuquén, Argentina. Asiste a la escuela rural N°23 y este es su último año en la escuela.

Por: Gonzalo Lara

Espero a partir de ahora se le empiece a abrir el mundo, lo digo porque comenzará su recorrido con la ayuda de quienes lo compartan esta publicación y también literalmente, porque el año que viene tiene que trasladarse a otra localidad para el hacer secundario y espero que esa sea la tranquera de salida de su pago a recorrer el ancho, ancho mundo. No para que se lo olvide sino, porque también es interesante tener otras perspectivas de la vida.

No es habitual, que los aprendizajes didácticos- pedagógicos que tanto lee uno en los profesorados se den… va es casi medio utópico pienso. Por lo menos en mi caso es la primera vez que enseño y aprendo o por lo menos es la primera de aprender desde el oficio artístico.

Esmeralda camina por el barro todos los días para ir a la escuela, (no lo digo en mal plan). A ella también la rodean unos paisajes sublimes entre el valle que forma la confluencia del río Curí Leuvu y el arroyo homónimo, a los pies del Cerro Negro y la Cordillera del Viento.

Tal vez no sea consciente de sus capacidades artísticas- visuales. Yo, lo supe desde el primer dibujo que me mostró. Digo esto porque por estos lugares, es algo común tener algo de arte en sí, porque esas cosas vienen con uno cuando el universo lo pare y elige dejarlo por acá. Pero como en el fútbol, también vienen unos Leo Messi entreverados en el montón. Es por esto que hago esta publicación. Porque lo viví, no es de ególatra, sino que nunca fui consciente de que resaltaba en esta cuestión y lo supe porque también tuve un profe que me puso un espejo para verme. Eso cambio mi vida, me hizo vivir mejor por eso lo adoro a Marcelo Valerio.

A mí me viene de mi familia materna, a Esmeralda no se? Pero si sé que hay algo que compartimos a nivel espiritual; pienso que tiene que ver con el lugar, porque yo a su edad recorría los mismos lugares naturales de la mano de mi papá.

Hoy la invite a pintar en alusión al 20 de Junio, y esto fue lo que salió. Con un pincel y tempera pero sobre todo con sus manos y dedos. De algo lejano en el tiempo y de nación (porque en ese tiempo no éramos parte de Argentina) hizo un símbolo de identidad expresiva.

Dicho todo esto, yo espero ser quien te ayude a que tomes tus dotes que la naturaleza te dio y los hagas recorrer el mundo, y que el mundo, recorra los Menucos en tus obras…