Argentina se está redefiniendo en el mapa del turismo activo con una creciente oferta de inmersiones que se extiende desde la cordillera hasta el Atlántico. La nación, ya reconocida por su diversidad geográfica, ahora seduce a viajeros y buzos que buscan explorar su "dimensión submarina" en entornos lacustres, patagónicos y altoandinos. Lejos de limitarse a las costas tradicionales, el país ofrece circuitos que desafían tanto a principiantes en busca de su "bautismo" como a expertos en expediciones técnicas.
Experiencias únicas en aguas dulces y frías
La expansión del buceo incluye joyas lacustres con características únicas:
·Bariloche (Río Negro): El Parque Nacional Nahuel Huapi es ideal para iniciarse. En puntos como Playa Bonita o Bahía Serena, escuelas certificadas llevan a cabo inmersiones que presumen de una visibilidad de más de 15 metros. Aunque las temperaturas veraniegas oscilan entre $10^\circ$ y $14^\circ\text{C}$ (lo que requiere trajes gruesos), la experiencia de flotar sobre bosques sumergidos y formaciones rocosas ofrece una paz absoluta.
·Villa Traful (Neuquén): Este es un sitio de peregrinación para buzos certificados. Un ciprés de más de 30 metros permanece anclado y erguido en el lecho del lago, vestigio de un antiguo derrumbe. Recorrer sus ramas bajo el agua brinda la sensación de "volar" alrededor de un monumento natural sin parangón en Sudamérica.
·San Martín de los Andes (Neuquén): El Lago Lácar atrae a buzos con mayor expertise. Sus profundas "catedrales submarinas", formadas por paredes de roca y troncos caídos, ofrecen un desafío técnico. Es un lugar predilecto para fotógrafos que buscan salidas de buceo nocturno en otoño y primavera, cuando la transparencia del agua es óptima.
Expediciones marinas y técnicas en el sur
La costa atlántica y los lagos australes completan la oferta con opciones más exigentes:
·Mar del Plata (Buenos Aires): El océano bonaerense es el escenario de inmersiones en pecios (barcos hundidos) que ahora funcionan como refugios biológicos. Las condiciones de oleaje más dinámicas que en la Patagonia lo convierten en un excelente campo de entrenamiento para quienes buscan experiencia en aguas abiertas.
·Las Grutas (Río Negro): Esta región ofrece una alternativa patagónica más templada. Con visibilidades que superan los 12 metros, sus aguas son más cálidas, facilitando la exploración de cavernas y cuevas donde se encuentran pulpos, estrellas de mar y una variada fauna menor.
·Santa Cruz (Lagos Posadas y Pueyrredón): Cerca del límite chileno, estos lagos son exclusivos para buzos con alto nivel técnico. El Lago Posadas destaca por sus grietas y paredes rocosas, mientras que el Pueyrredón fascina por su profundidad y la intensidad de su color.
Argentina se posiciona así como un destino de aventura integral, donde la vida subacuática se suma a la naturaleza de superficie para ofrecer recorridos activos a lo largo de todo el territorio.
