Una treintena de pilotos se dará cita en noviembre en el remodelado aeródromo de Chos Malal para disfrutar del evento de volovelismo en el destino más importante del mundo para el desarrollo de vuelos de larga distancia.
Los cielos del alto Neuquén son únicos para la práctica del vuelo a vela. Lo saben los fanáticos del país y el mundo que se darán cita desde este sábado 2, hasta el 23 de noviembre, para celebrar el XXV encuentro de vuelo en Patagonia después de varios años de inactividad.
La renovación de la pista del aeródromo de Chos Malal fue central para retomar el evento que anualmente convoca a pilotos de planeadores y genera un movimiento económico importante por el arribo de turistas a la región.
“Siempre estamos recibiendo pilotos extranjeros y esto es por el boca a boca y por las publicaciones específicas de la actividad que se han hecho en Europa y, en algún momento, en Estados Unidos. Nos fue dando un nombre y un reconocimiento”, afirma Miguel Laso, integrante de la comisión directiva del Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña.
En un evento promedio, los asistentes ocupan alrededor de 600 camas generando ocupación del complejo hotelero y de cabañas de Chos Malal, aunque han tenido picos de mil camas durante el mes y a veces los eventos han durado incluso más tiempo.
“Este año estamos retomando y nos va a costar volver a esos valores, pero un piloto que viene a volar aquí, trae a su familia y por supuesto consume servicios, recorre el norte neuquino, tiene impacto sobre la economía local”, consideró.
Con respecto a la participación este año, estimó que a lo largo del mes van a asistir unos 29 pilotos y siete aeronaves, más acompañantes y ayudantes.
Por su parte Ramón Chialvo, tesorero de la institución, recordó que van a volar al norte neuquino desde 2000 interrumpidamente. “Esta actividad tiene importancia deportiva porque Chos Malal es el lugar número uno en el mundo para volar en onda”.
Consideró que “el vuelo a vela es un atractivo turístico específico de alto nivel que no tiene competencia y debemos buscar la forma de capitalizarlo”. En ese sentido, explicó que el club tiene inversiones de infraestructura en el aeródromo de Chos Malal que “felizmente, gracias al esfuerzo de este gobierno, podemos volver a utilizar. La repavimentación de la pista fue un trabajo impecable”.
El Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña es una institución que existe hace más de 20 años y tiene personería jurídica en la Provincia desde 2011. La base del club está en el mencionado aeródromo, cuya pista e instalaciones fueron renovadas este año por el gobierno provincial.
Laso fue piloto de Transportes Aéreos Neuquén (TAN) durante la década de 1990 y conoció las condiciones que tiene la cordillera neuquina, en particular, y la cordillera andino patagónica, en general, para el desarrollo de esta práctica. Al respecto, explicó que la actividad consiste en realizar vuelos de larga distancia, de mil kilómetros o más. “Usualmente, cuando las condiciones son buenas, abandonamos los límites de la provincia del Neuquén tanto hacia el norte como hacia el sur. Eso depende de las condiciones y también de las cuestiones de tránsito aéreo”, aclaró.
“Hay muy pocos lugares en el planeta que tengan un accidente geográfico con una dirección constante -agregó- como es la cordillera de los Andes, que tiene una dirección norte-sur y que los vientos en altura ataquen ese obstáculo geográfico a 90 grados, lo cruzan. Esos vientos en altura, cuando se encuentran con las montañas, producen unas ondulaciones que dan lugar a esas nubes tan bonitas, las lenticulares. Nosotros nos apoyamos en esas nubes para subir, por delante de la nube hay una corriente que asciende y se prolonga por muchos kilómetros. Nos montamos ahí, vamos saltando de onda en onda. Eso nos permite hacer semejante cantidad de kilómetros”. Es justamente ese fenómeno lo que hace de Chos Malal un lugar único a nivel mundial.