Lo que hasta hace poco era un territorio inexplorado y oscuro, hoy se transmite en ultra alta definición para todo el mundo. El CONICET, en una colaboración estratégica con el Schmidt Ocean Institute, ha puesto en marcha una de las expediciones submarinas más ambiciosas de la historia reciente en el Mar Argentino, capturando imágenes de ecosistemas a los que el ojo humano nunca había tenido acceso.
A bordo del buque científico RV Falkor (too), un equipo de 25 expertos —la mayoría de ellos científicos argentinos— coordina las operaciones del SuBastian, un sofisticado robot operado remotamente (ROV). Este dispositivo es capaz de sumergirse hasta los 4.500 metros de profundidad, permitiendo no solo la observación visual en 4K, sino también la toma de muestras geológicas y biológicas con una precisión quirúrgica que protege el frágil entorno marino.
Hallazgos que se volvieron virales
La expedición, que se centra en las cuencas de Malvinas y el Salado, frente a las costas de Puerto Madryn, ya ha dejado momentos para el recuerdo en las redes sociales:
·El pequeño pulpo de las profundidades: A más de 1.000 metros de profundidad, las cámaras captaron un ejemplar de cefalópodo cuyos ojos, de una complejidad evolutiva asombrosa, fascinaron a los especialistas.
·Biodiversidad en el límite: La zona explorada es un punto de encuentro crítico entre la corriente cálida de Brasil y la fría de Malvinas, lo que genera una explosión de vida única, incluyendo especies de fisonomía curiosa como la ya famosa estrella de mar "culona".
Ciencia en tiempo real
Por primera vez, el público general puede ser testigo directo de los descubrimientos. A través del canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute, se emiten fragmentos de la misión en vivo, mostrando desde las maniobras técnicas de descenso hasta el hallazgo de especies nunca antes catalogadas en esta región del Atlántico Sudoccidental.
Esta misión no solo representa un avance tecnológico para la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y el sistema científico nacional, sino que también refuerza el conocimiento sobre los recursos y la biodiversidad que habitan en la plataforma continental argentina, un patrimonio que, hasta hoy, permanecía oculto bajo miles de metros de agua.
