La asociación civil Mujeres de la Ruralidad Argentina premió la actividad que realizan muchas de ellas en todo el país y otorgó una mención especial a una neuquina de la zona de Santo Domingo.


Días atrás se realizó en la ciudad autónoma de Buenos Aires la entrega de los premios “Lía Encalada”, que son organizados por la asociación civil Mujeres de la Ruralidad Argentina, y de los que participaron más de 300 mujeres de todo el país.

El evento tuvo lugar en la Facultad de Agronomía de Buenos Aires y hasta allí llegaron 15 mujeres del ámbito rural de la provincia del Neuquén. En la oportunidad se premió a 16 mujeres en 14 categorías y se entregó una mención especial a una criancera neuquina de la zona de Santo Domingo que realiza trashumancia.


Se trata de Marta Argentina Claleo, de 52 años, quien además también trabaja como auxiliar de servicio en una escuela local y preside la organización civil Nueva Esperanza, con más de 40 socios, productores de la zona.

Claleo fue reconocida por su labor como criancera trashumante, una práctica ancestral de las familias crianceras neuquinas que se trasladan con sus animales desde la zona de invernada hasta las de veranada.

Marta Argentina Claleo expresó que cuando fue localizada por la organización del evento y le informaron que iba a recibir la distinción dudó y fue la subsecretaria de Producción de la provincia, Amalia Sapag, quien luego le confirmó la veracidad de la convocatoria.

“Yo hago trashumancia desde mi veranada, que está en Cajón de Peñaloza, hasta Santo Domingo; tenemos 7 días para llegar a Santo Domingo. Allí hacemos el arreo a caballo, dormimos en los recados, soportamos vientos y lluvias y, a veces, tenemos que escarbar para buscar agua para nosotros y nuestros animales”. De esa manera, Claleo sintetizó qué es la trashumancia.

Entre tantas gestiones, Claleo participó de la comisión Huella de Arreo –prevista en la ley provincial de Trashumancia-, y destacó que gracias a ese trabajo se ha podido avanzar en la construcción de refugios para los crianceros y tanques de agua entre otros trabajos para la práctica de la actividad.

“Soy nacida y criada en ese paraje. Mi papá era criancero que hacía trashumancia y mi mamá también; hoy creo que mi viejo estará orgulloso, no lo tengo, pero sé que lo estoy representando a él”, sostuvo.

La criancera agradeció a la provincia por el acompañamiento y la puesta en valor de toda la actividad rural, y agregó que “quiero decirles a las mujeres que somos libres; tenemos que seguir siendo valiosas, que no lo somos solo por ser mujeres y madres sino por todo lo que podemos hacer”.

Marta Argentina preside la asociación que nuclea a productores y crianceros que abarca la zona de Portezuelo, Barda Negra, Cerro Bandera, Santo Domingo y de Covunco Abajo, entre otras áreas más.

“Siempre les digo a los chicos que me acompañan que estoy esperando que alguno de ellos pueda llegar a reemplazarme en el cargo que ocupo, que se ponga al frente y que no tengan miedo. Para conseguir algo hay que juntarse y tirar todos juntos”, sostuvo.

Amalia Sapag, que integró la delegación neuquina de mujeres rurales que viajaron a Buenos Aires, explicó que “Neuquén fue invitada por Mujeres Rurales Argentinas y es un orgullo poder estar en ese ámbito representando a todas las mujeres productoras de la provincia”.

“Esto también forma parte del trabajo que venimos realizando con perspectiva de género en el sector rural. Estas mujeres de trabajo son, además, las que más aporte realizan a la seguridad alimentaria del país”, indicó la funcionaria.

Además de Marta Argentina, otra mujer neuquina fue premiada en la categoría “Economías Regionales”. Se trata de Graciela Moya, quien vive en el paraje Ranquil Vega, ubicado a 20 km de Buta Ranquil. Se dedica a la producción de alfalfa, huerta y elaboración de dulces junto a su familia. También cría caprinos y se dedica a las artesanías. A su vez, es referente de la Asociación del Consejo Regulador del Chivito del Norte Neuquino. Fue una de las mujeres impulsoras del único sello a nivel nacional de este producto, que potenció a más de 1.500 familias crianceras.

El premio

El Premio Lía Encalada fue instituido en honor a la primera ingeniera agrónoma egresada de FAUBA. En el evento que se realizó el pasado 18 de marzo, la decana de la FAUBA, Adriana Rodríguez, dio la bienvenida a la casa de estudios, destacando la coincidencia del año de inicio de actividad de la facultad con el nacimiento de Lía Encalada, ambas en 1904. Cerró su discurso remarcando la necesidad de poner en valor las tareas de las mujeres en el medio.