La detección fue confirma tras las muestras tomadas a dos patos silvestres muertos, ambos con resultado positivo, en la laguna Las Mojarras en el departamento cordobés de General San Martín. El primer caso se detectó en Jujuy.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) confirmó este sábado el segundo caso de influenza aviar (IA) H5 en dos patos silvestres hallados muertos, esta vez en la provincia de Córdoba.
La detección fue confirmada en análisis efectuados por el Laboratorio Nacional del Senasa en muestras tomadas a dos patos silvestres muertos, ambos con resultado positivo, en la laguna Las Mojarras en el departamento cordobés de General San Martín.
Agentes del Senasa llegaron al lugar a partir de una notificación recibida ayer realizada por la Policía Ambiental de Córdoba, y tomaron las muestras que fueron remitidas para su análisis y diagnóstico al Laboratorio del organismo en Martínez, provincia de Buenos Aires.
En el marco de su Resolución 147 que dispuso la emergencia sanitaria por la presencia de IA en gansos silvestres en la laguna de Pozuelos, en la provincia de Jujuy, el Senasa coordina estas acciones de vigilancia con la Administración de Parques Nacionales, los ministerios nacionales de Ambiente y Desarrollo Sostenible, de Salud, y de Seguridad y la Dirección de Fauna Silvestre.
Estas medidas incluyen controles en fronteras, acciones de comunicación y rastrillajes de vigilancia en aves que se encuentren en los alrededores de los sitios donde asientan las que son migratorias.
De esta manera, en el marco de las acciones de vigilancia, hasta el momento se remitieron para su análisis al Laboratorio del Senasa 67 muestras de aves halladas muertas, de las cuales surgieron dos positivos: uno en Jujuy y otro en Córdoba.
Las aves silvestres, principalmente migratorias, son el hospedero natural del virus (principalmente patos y gansos) y está siendo el principal factor de diseminación a través del continente.
Qué es la influenza aviar
La influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) es una enfermedad de alto impacto tanto en la diversidad de aves silvestres como en la producción avícola, debido a que provoca muy altos índices de mortandad.
Si bien no es posible frenar o mitigar el avance de la enfermedad a través de las zonas donde asientan las aves migratorias, sí resulta posible adoptar medidas de preparación y mitigar su diseminación y su impacto negativo en la avicultura.
Esto se logra a través de la detección precoz, la atención inmediata para contener su dispersión a otras aves dentro del país y el refuerzo permanente de las medidas de bioseguridad en las granjas comerciales.
El virus de IA no se transmite a las personas por el consumo de carne y huevo, y sólo se transmite por contacto directo al manipular aves enfermas o muertas por el virus.