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Una ilustración de la Individua 3, que fue enterrada hace unos 880 años.Ilustración: Pérez et al., PLOS ONE 2022

Hace 900 años, un mujer de entre 17 y 25 años de edad murió y fue enterrada en las afueras de lo que actualmente es la ciudad de San Martín de los Andes.

El descubrimiento fue publicado en PLoS ONE, y pone en evidencia el entierro ritual en canoa más al sur del continente. La revista científica Gizmodo destacó que "El equipo arqueológico sospecha que era un medio simbólico de ayudar al difunto a viajar al más allá".

La publicación tomó contacto con Alberto Enrique Pérez, arqueólogo de la Universidad Católica de Temuco en Chile y autor principal del estudio. “Al principio no entendíamos lo que veíamos, ya que era algo desconocido para la Argentina patagónica”, explicó el profesional.

Gizmodo revela que el entierro en canoa surgió durante las excavaciones entre 2012 y 2015 en Newen Antug, un sitio arqueológico en las estribaciones patagónicas. El sitio se encuentra en las afueras de San Martín de los Andes, frente a algunos hoteles. Newen Antug está a aproximadamente 800 metros de un lago, algo que los autores del estudio creen que puede estar relacionado con el método de entierro simbólico.

La mujer es conocida como “Individuo 3”; otros dos cuerpos humanos fueron encontrados previamente en el mismo sitio. Esos restos son más recientes, datan de alrededor de 1.482 e.c. (era común), hace poco más de 500 años, y no fueron enterrados en canoas. Pérez dijo que los individuos 1 y 2 probablemente fueron asesinados, como lo demuestran los traumatismos en sus esqueletos y las extremidades amputadas.

La individuo 3 data de alrededor de 1.142 e.c., antes de que los españoles llegaran a América del Sur, y tenía entre 17 y 25 años cuando murió, aunque los investigadores no están seguros de qué acabó con su vida. Se colocó una jarra grande junto a su cabeza. Aunque gran parte de la canoa (o wampo) alrededor del cuerpo se había podrido, aún quedaban cerca de 600 fragmentos de madera.

Al observar los fragmentos bajo un microscopio, el equipo determinó que la madera era cedro chileno y que parte estaba carbonizada. Eso da crédito a la suposición de que alguna vez fue una canoa, ya que los relatos históricos detallan que los indígenas sudamericanos fabricaban canoas quemando la madera interior. Aunque la práctica es bien conocida en Chile, esta es la primera evidencia de ella en Argentina. También es el entierro en canoa más al sur conocido en Sudamérica.
“Las fuentes históricas se refieren más a entierros en wampo o trolof [canoas de madera] entre individuos masculinos, pero eso es algo más reciente”, dijo Pérez. “El hallazgo de Newen Antug puede mostrar que era una práctica más extendida entre ambos géneros”.