Familiares y allegados de Micaela Romero piden justicia por la mujer de 23 años y que  tenía un año de antigüedad en la fuerza.

La madre de Micaela Romero, asesinada en Quilmes durante un asalto, sostuvo que con el inicio del debate "se cerrará una etapa de angustia eterna" y aseguró que espera "una condena ejemplar", aunque sabe que "la prisión perpetua acá en Argentina no existe y menos para menores".

Por Emmanuel Dalbessio

La madre de Micaela Romero, la integrante de la Policía Federal Argentina (PFA) asesinada por "motochorros" que la asaltaron el año pasado en el partido bonaerense de Quilmes, dijo este domingo que siente "tranquilidad" porque se cerrará "una etapa de angustia infinita" a partir de mañana lunes, cuando comience el juicio a los tres acusados del crimen.

Fuentes judiciales informaron a Télam que el debate oral será presidido por el Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil 2 del Departamento Judicial quilmeño -ya que al momento del hecho dos de los acusados tenían 16 años y el otro 17-, y se desarrollará los días 5, 6, 7 y 8 de julio próximos.

El tribunal estará integrado por los jueces Alejandro Paccioretti, Gladys Krasuk y Analia Consolo y los acusados son dos adolescentes de ahora 17 años y un joven de 18, quienes se encuentran detenidos.

La fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de Quilmes, María Julia Botasso, acusa a los jóvenes del delito de "homicidio en ocasión de robo doblemente agravado".

"La causa tiene dos mil fojas y tuvo un trabajo que llevó nueve meses, con doce allanamientos y cantidades de pericias de parte de todo el equipo de la fiscalía. Ahora, con las pruebas que tenemos recolectadas, vamos a probar que los acusados son los que mataron a Romero", dijo a Télam la fiscal Botasso.

Por su parte, María Constante, mamá de Micaela, señaló a esta agencia que "le sorprendió la cercanía de la fecha del juicio" y que para ella y para su familia significará "cerrar una etapa de angustia infinita".

"Conocer la fecha del inicio del juicio hace que se sienta tranquilidad porque querés que se cierre esta etapa, que es de una angustia infinita, porque no tenemos justicia, eso hace que se agrande más el dolor", expresó la mujer.
Luego manifestó que junto al padre de su hija estarán presentes durante las jornadas de debate oral y que para la última audiencia organizará una marcha frente a los tribunales.

"Ayer hablaba con el padre de Micaela y me decía que no sabe cómo va a reaccionar. Yo tampoco lo sé, la cuestión es sentarme y escuchar a la defensa, ver qué tiene y estar atenta a todo", aseguró.

Constante dijo que espera "una condena ejemplar", aunque sabe que "la prisión perpetua acá en Argentina no existe y menos para menores".

"No sé si voy a salir (del juicio) conforme para que les den trece años. Mi hija no va a volver más, y (a los acusados) no les van a dar la condena ejemplar", consideró.Micaela Romero tenía de 23 años, era madre de una nena de 2 y tenía un año de antigüedad en la fuerza, donde se desempeñaba en la División Protección Residencia Presidencial de Olivos y Operaciones de la PFA, aunque estaba de licencia médica cuando fue asesinada.

La hija de Micaela vive con su padre en una casa que el hombre construyó junto a la mujer asesinada en la parte de atrás del terreno donde se ubica también la vivienda de Constante, en el barrio Kolinos, de Quilmes.

"Mi nieta tiene cuatro años y está en una etapa donde habla más de la madre. Me hace que le escriba cartas diciéndole que venga a la casa de la 'abu', le cuenta que colores que le gustan. El otro día, en el jardín le dijo a la maestra que la mamá está en el cielo. Son cosas que te van torturando", se lamentó la mujer y agregó: "Mi nieta tiene que estar escribiéndole a la mamá que no está y eso es horrible".

"Micaela tenía muchos proyectos. Quería internarse en la Escuela de Policía porque deseaba ascender. Su sueño fue ser policía, luchó por eso y quería más", recordó.

Además, la madre contó que dos días antes de ser asesinada, la joven se había mudado con su pareja y la hija de ambos a la casa que habían construido: "Pudo disfrutarla solo dos días".

Constante, quien hace dos meses tuvo un bebé, contó que se enteró de que había quedado embarazada nuevamente luego del asesinado de Micaela y dijo que la llegada de su nuevo hijo "es una bendición".

El crimen

El crimen de Micaela fue cometido en plena pandemia, cerca de las 7 de la mañana del domingo 16 de agosto del año pasado, en el que se celebraba el Día del Niño.
La policía, que estaba vestida de civil y no llevaba su arma, fue junto a un amigo a comprar cigarrillos a un comercio ubicado en calle 395 y avenida Carlos Pellegrini, de La Cañada, Quilmes, cuando ambos fueron abordados por varios delincuentes que iban en moto.

De acuerdo a lo determinado luego, los asaltantes le robaron las zapatillas y el celular al amigo de Romero y cuando Micaela se negó a entregar su teléfono se dieron cuenta de que era policía y le efectuaron un disparo en el pecho.

"Tirale que es cobani. Tirale que es cobani", le dijo uno de los delincuentes a otro al momento de robo y al reconocer a Romero.

Los investigadores dijeron que la oficial recibió un disparo a la altura del tórax, mientras que los delincuentes alcanzaron a sacarle el celular para luego escapar.

Tras el ataque, Romero fue trasladada en grave estado por un grupo de vecinos al Hospital El Cruce, de Florencio Varela, donde ingresó inconsciente y falleció a los pocos minutos producto de la herida sufrida.

A un mes y medio del hecho, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se reunió en su despacho del Senado con Constante y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, para acompañar el pedido de justicia de la familia.

Pocos días después, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, recibió a los padres de Romero y les expresó su "pesar y compromiso" por contribuir al esclarecimiento del caso.