En un fuerte mensaje emitido desde el Santuario de Nuestra Señora de Luján, el equipo de sacerdotes que trabajan en las villas y barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) hizo un llamado urgente para exponer la grave realidad que enfrentan sus comunidades a pocos días de la celebración de Navidad.
El clero villero utilizó el marco de una ceremonia religiosa para detallar un panorama de déficits estructurales y carencias humanas, dirigiendo su mensaje a la comunidad en general.
El grito por la dignidad urbana y alimentaria
Los sacerdotes centraron sus críticas en la falta de infraestructura básica y las difíciles condiciones de vida, enfatizando que la prometida "integración socio urbana" sigue siendo una asignatura pendiente.
·Infraestructura Inexistente: "En esta Navidad, en nuestras villas y barrios populares siguen faltando cloacas y verdadera integración socio urbana", señalaron, aludiendo también a la ausencia de agua potable y obras pluviales adecuadas en muchas calles y pasillos.
·Mesa Vacía: Expresaron su temor por la falta de recursos básicos en el hogar: "En muchas familias de nuestros barrios va a faltar pan, es decir una mesa digna, juguetes y pan dulce".
Salud y empleo: una emergencia silenciosa
El mensaje también abordó las deficiencias en servicios esenciales, destacando que el problema va más allá de lo económico.
·Crisis Sanitaria: Denunciaron que la atención de salud es "insuficiente", señalando la falta de recursos, medicamentos y personal especializado, incluyendo psicólogos, en los centros de atención barrial.
·Precarización Laboral: El panorama laboral fue calificado de desalentador. Lamentaron que "muchas familias no tienen trabajo digno", prevaleciendo el empleo precario y emprendimientos de subsistencia con baja expectativa de éxito.
Alarma por discursos de violencia
Un punto de profunda preocupación para los Curas Villeros fue la reaparición de discursos públicos que atentan contra la existencia misma de los asentamientos. Calificaron como una "instigación a la violencia absolutamente inadmisible" el resurgimiento de términos como "erradicación" y "dinamitar" las villas.
La resiliencia vecinal como motor de urbanización
A pesar del desolador escenario, los sacerdotes hicieron un fuerte reconocimiento a la capacidad de organización y lucha de los propios habitantes. Destacaron que son "los primeros urbanizadores", transformando basurales y zonas abandonadas en "barrios afianzados".
La solidaridad fue presentada como el motor que sostiene la vida comunitaria: los vecinos se "rebuscan" para proveer lo necesario, multiplican la comida en comedores y gestionan la instalación rudimentaria de servicios como luz y agua ante la inacción oficial.
Finalizaron con un llamado a la fe, apelando a la esperanza de la Navidad: "En nuestros barrios, en medio de la pobreza y las puertas que se cierran, Jesús sigue encontrando un lugar para nacer", rogando a la Virgen de Luján por vivienda digna, pan, agua, salud y trabajo para todos.
