Desde los pasillos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) hasta los galpones del Parque Industrial de Viedma, Santiago Goicoechea ha tejido una historia donde la memoria, la ciencia y el compromiso ambiental se entrelazan.
Nacido en Los Menucos, criado entre silos de hormigón y camiones recolectores, este estudiante avanzado de Ingeniería Civil acaba de recibir un reconocimiento a la Innovación Tecnológica en el certamen “Río Negro Emprende”, gracias a su proyecto ECOAISLA: un aislante térmico y acústico elaborado a partir de lana ovina regional.
Una infancia entre cemento y sueños
“Viví hasta los trece años dentro de una empresa que vendía hormigón y recolectaba residuos. Mi papá era sereno y trabajador allí. Esa experiencia marcó mi vocación”, cuenta Santiago con la serenidad de quien reconoce en sus raíces el impulso de su presente. Aquella infancia, inmersa en el ritmo de la construcción y el reciclaje, sembró en él una sensibilidad particular hacia los materiales, los procesos y el impacto ambiental.
Ciencia con identidad territorial
Durante su formación en la UNCo, Santiago encontró no solo herramientas técnicas, sino también un espacio fértil para imaginar soluciones con anclaje local. “La universidad me dio el conocimiento, pero también el empuje para pensar en cómo aportar desde lo que tenemos. La lana es parte de nuestra identidad productiva, y sin embargo, muchas veces se desecha o se subvalora”, explica.
Así nació ECOAISLA, un emprendimiento que busca transformar lana ovina en desuso en un material aislante eficiente, sustentable y accesible. El proyecto apunta a mejorar la eficiencia energética de las construcciones, reducir la huella de carbono y, al mismo tiempo, generar nuevas oportunidades para productores laneros de la región.
Reconocimiento y proyección
El pasado jueves 6 de noviembre, ECOAISLA fue distinguido en el evento “Río Negro Emprende”, donde se eligió al Empresario Rionegrino del año. El jurado destacó el carácter innovador del proyecto, su potencial de impacto ambiental positivo y su articulación con cadenas productivas locales. “Este tipo de espacios son clave para visibilizar lo que hacemos, generar redes y seguir soñando. Porque lo que no se hizo, se puede hacer”, reflexiona Santiago.
La UNCo como semillero de transformación
El caso de Santiago Goicoechea no es aislado. Forma parte de una generación de estudiantes y graduados de la UNCo que, desde distintas disciplinas, están impulsando proyectos con fuerte compromiso social, ambiental y territorial. La universidad pública, gratuita y federal demuestra, una vez más, su capacidad de incubar ideas que nacen del territorio y vuelven a él transformadas en soluciones concretas.
Con la mirada puesta en 2026, ECOAISLA se prepara para iniciar su etapa de producción y comercialización. “Queremos que nuestras casas abracen mejor el calor y el silencio, pero también que abracen el trabajo de nuestra gente, el saber de nuestros abuelos y la fuerza de nuestros paisajes”, concluye Santiago, con la convicción de quien construye futuro desde la raíz.
