En medio de una semana donde hay caída de granizo en diversas zonas de la provincia, este lunes se registró un nuevo tornado en Neuquén. Esta vez fue en la zona del yacimiento El Corcovo, en el norte provincial.

La provincia de Neuquén vuelve a ser escenario de fenómenos meteorológicos inusuales. A poco más de 72 horas de los tornados registrados cerca de Rincón de los Sauces y Barrancas, un nuevo evento se observó en la tarde de este lunes en la zona de Yacimiento Corcovo, ubicado en el límite tripartito con La Pampa y Mendoza.

Este nuevo fenómeno se produce, una vez más, en el marco de una alerta amarilla por tormentas y granizo que rige sobre parte del territorio neuquino.

Recurrencia inusual y tipos de remolinos

Si bien las tormentas convectivas (fuertes lluvias y granizo) eran un fenómeno pronosticado y esperable para la región, la aparición de tornados ha sorprendido a los vecinos.

Hace unos días, residentes de Barrancas compartieron imágenes en redes sociales mostrando cómo el remolino recorría calles céntricas, levantando polvo y arena y forzando a los pobladores a buscar refugio inmediato.

La AIC (Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas) indicó que, si bien estos fenómenos no son comunes en la región —siendo más frecuentes en ambientes tropicales—, sí pueden generarse en el contexto de las tormentas convectivas actuales.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) precisó que muchas de estas formaciones observadas se corresponden con torbellinos de polvo o arena, conocidos también internacionalmente como "diablos de polvo".

¿Cómo se genera el "Diablo de Polvo"?

El SMN describió la mecánica de estos remolinos, que se distinguen por su diámetro pequeño y su eje aproximadamente vertical:  

Calentamiento Diurno: Son comunes en días muy soleados con fuerte calentamiento de la superficie.

Ascenso de Aire: El sol calienta el suelo, que a su vez calienta el aire en contacto con él, forzándolo a ascender rápidamente.

Rotación y Visibilidad: Si las condiciones son adecuadas, el aire comienza a girar, arrastrando partículas de polvo o arena del suelo y adquiriendo la tonalidad de la superficie.

Estos remolinos mantienen en suspensión las partículas de polvo, reduciendo la visibilidad y generando alarma, aunque su naturaleza difiere de los tornados de mayor severidad.