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La tuberculosis (TB) ha registrado un crecimiento sostenido y preocupante en Argentina durante los últimos cinco años, según revela el último Boletín Epidemiológico Nacional. Entre 2020 y la primera quincena de julio de 2025, las notificaciones de casos de esta enfermedad aumentaron un alarmante 65,9%, encendiendo las alarmas en el sistema de salud.

El informe, elaborado por el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Emilio Coni”, dependiente del INER-ANLIS “Carlos G. Malbrán”, detalla que los casos pasaron de 4.806 en 2020 a 7.975 en lo que va de 2025. Solo entre 2024 y 2025, el salto fue del 11%, lo que subraya la aceleración de esta tendencia.

Factores clave del incremento y zonas más afectadas

Este incremento ha sido impulsado principalmente por las jurisdicciones de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Santa Fe, que notificaron subas de hasta el 20% en lo que va de 2025.

El documento señala como factores centrales de este problema la falta de información y concientización sobre la enfermedad, así como la discontinuidad y el abandono frecuente de los tratamientos, lo que incrementa significativamente el riesgo de contagio en la comunidad.

La tuberculosis es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, conocida también como bacilo de Koch. La forma más común es la pulmonar, que se transmite por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, liberando bacterias que pueden ser inhaladas por quienes están cerca.

Síntomas, prevención y la importancia del tratamiento completo

Los síntomas más frecuentes de la tuberculosis incluyen tos persistente por más de 15 días, fiebre, sudoración nocturna, falta de apetito, pérdida de peso y, en algunos casos, presencia de sangre en el catarro. El riesgo de contagio es mayor en espacios cerrados y con poca ventilación.

La prevención de la tuberculosis comienza desde el nacimiento con la aplicación de la vacuna BCG, que forma parte del Calendario Nacional de Vacunación y protege contra las formas graves de la enfermedad, como la meningitis.

El tratamiento de la TB se realiza con antibióticos durante al menos seis meses. Es de vital importancia que la persona infectada cumpla el esquema completo de medicación, incluso si los síntomas han desaparecido, ya que la interrupción del tratamiento puede generar resistencia a los medicamentos, complicando futuras intervenciones y aumentando el riesgo de transmisión.

Finalmente, las autoridades sanitarias enfatizan que, ante la aparición de síntomas compatibles con tuberculosis, es fundamental acudir de inmediato a un centro de salud para un diagnóstico y tratamiento oportunos. Asimismo, se recomienda que las personas que comparten espacios con individuos diagnosticados se realicen controles médicos para detectar posibles contagios de forma precoz y cortar la cadena de transmisión.