Lo lleva adelante el ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres a través de talleres, voluntariado y participación de adultos referentes. En la provincia, más de 2.500 jóvenes y adolescentes participaron de la propuesta.

Ante la consigna “¿Qué esperás de un adulto?”, las respuestas más repetidas por adolescentes fueron “escuchar sin juzgar, un abrazo en el momento indicado, la presencia cuando no hay palabra de apoyo antes de juzgar alguna situación”.

Estas expresiones se compartieron en los talleres de la línea de trabajo “Hablar es prevenir”, que impulsa la secretaría de Juventudes y Diversidad-a través de la subsecretaría de Juventudes-, con el objetivo de generar prevención de situaciones ligadas a consumos problemáticos, las violencias autoinfligidas y los suicidios.

“Es primordial que los adultos den contención en el mundo que habitan los adolescentes, porque si no hay adultos referentes que los sostengan en esos momentos tan complejos, la prevención se hace muy difícil de llevar a cabo”, advierten desde el equipo técnico que dicta estos talleres. Son profesionales que provienen del ámbito de la Psicología y el Derecho.

Partiendo de la premisa de que involucrarse es clave para la prevención, el organismo creó “Hablar es prevenir”, un dispositivo estructurado en tres ejes.

Se trata de “Entramando acciones de prevención: propuestas para referentes adultos”, orientado a referentes adultos locales para el fortalecimiento de la prevención; “Talleres con adolescentes y jóvenes”, que plantea un espacio participativo y de escucha para fortalecer vínculos y adquirir herramientas para el cuidado; y por último, “Voluntariado joven”, donde se propone dar continuidad del trabajo de la subsecretaría a través de jóvenes y adolescentes, quienes también serán replicadores de prácticas de autocuidado.

De esta manera, el organismo ofrece un trabajo basado en un enfoque comunitario e integral sobre los consumos problemáticos, consumos problemáticos digitales y prevención de suicidio y de violencias autoinfligidas.

“Con esta mirada amplia de los consumos problemáticos proponemos que los destinatarios puedan conocer cuáles son las alternativas que tienen para afrontar eso que les está pasando”, indicaron desde el equipo a cargo de la iniciativa.

En los talleres para adolescentes y jóvenes, se les ofrecen dinámicas de participación a través del juego para identificar cuánto conocen de la temática y así fortalecer lo que ya saben y desmitifican creencias. Los destinatarios son jóvenes y adolescentes de 15 a 25 años.

En lo que va de la gestión, la subsecretaría de Juventudes llegó con los talleres a unos 2.686 adolescentes y jóvenes de toda la provincia, a través de 68 talleres realizados en todas las regiones.

Extienden su participación hacia organizaciones de la sociedad civil (OSC), iglesias y áreas municipales, entre otras instituciones.

Junto a los gobiernos locales, en el territorio, el organismo hace un seguimiento sobre cómo realizan el acompañamiento a jóvenes a través de distintas áreas, con el objetivo de empoderarlos y que se fortalezcan en la temática.

“Tenemos gran apertura por parte de los chicos, porque se enganchan con los juegos y las actividades donde suceden experiencias muy valiosas en torno a cómo se acompañan, y es una oportunidad única para poner en valor sus opiniones y propuestas”, detalló la secretaria de Juventudes y Diversidad, Luz Blanco.

Agregó que, en estos espacios, todo lo asociado a la prevención se fortalece, “por eso trabajamos para empoderarlos con herramientas y espacios de escucha”.

“Lo importante es que ellos también pueden identificar en otros adolescentes alguna situación problemática, y poder ofrecerles, por ejemplo, la Línea de Salud Mental de acompañamiento disponible las 24 horas”, destacó la secretaria.

La consulta se puede hacer a través del número 299 5358191; es confidencial y gratuita y depende del gobierno provincial.

Este tipo de instancias continuarán replicándose en todo el territorio provincial con distintas acciones de sensibilización, de promoción de derechos y de fortalecimiento de prácticas de cuidado ante situaciones complejas con prevalencia en la adolescencia y la juventud.