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Esteban Echeverría, Buenos Aires - La fábrica de zapatillas Kioshi, ubicada en el partido bonaerense de Esteban Echeverría, atraviesa un momento crítico debido a una drástica caída en sus ventas, estimada en un 50% en los últimos meses. Esta situación se da en un contexto marcado por la política de apertura indiscriminada de importaciones de calzado impulsada por el Gobierno nacional y la significativa pérdida de poder adquisitivo generalizada. A este panorama complejo se suma el impacto del contrabando, conformando una "tormenta perfecta" que amenaza la continuidad de la producción local.

Emmanuel Fernández, responsable de Kioshi, describió con preocupación la situación que enfrenta la empresa, que en el pasado se destacó por su producción nacional con tecnología de punta. “El producto importado está entrando muchísimo, pero lo más preocupante es la caída del consumo. Estamos hablando de casi un 50% de baja y eso es lo más preocupante para los fabricantes e incluso para los importadores que hoy están con liquidaciones y así y todo no se vende”, explicó.

El empresario detalló además las consecuencias de esta crisis en la actividad comercial. “Hay locales de mostrador que pasan días sin abrir caja y que, además, la cadena de pagos se estiró muchísimo porque cuesta cobrar, se retrasan los pagos”, señaló, evidenciando la fragilidad del mercado interno.

La Cámara de empresarios del Calzado ya había advertido sobre esta tendencia, indicando que en 2024 se fabricaron 20 millones de pares menos que en 2023, siendo el calzado deportivo el sector más afectado. La situación de Kioshi refleja la difícil coyuntura que atraviesa la industria nacional del calzado, que lucha por mantener su competitividad frente a la creciente competencia externa y la contracción del consumo interno. El futuro de la planta de Esteban Echeverría, que supo ser un símbolo de la producción local, se encuentra ahora en una delicada balanza.