La reconocida empresa Cerámica Cortines, un actor importante en la producción de cerámicos a nivel provincial, se encuentra en una situación crítica que podría derivar en una significativa reducción de su planta de empleados. La firma presentó ante el Ministerio de Trabajo bonaerense un procedimiento preventivo de crisis (PPC) por 180 días, en respuesta a un drástico derrumbe en sus ventas que la obligó a paralizar completamente su producción desde el mes de febrero y que, según las proyecciones, se extenderá durante mayo.
La gravedad de la situación se desprende del documento presentado por la empresa, donde se detalla una caída estrepitosa del 57% en sus ventas durante los últimos tres años. Los números hablan por sí solos: de 11,2 millones de metros cuadrados vendidos en 2021, la cifra se desplomó a tan solo 4,8 millones en 2024. El dato más preocupante es el desempeño en lo que va del presente año, con apenas 850.000 metros cuadrados despachados, lo que encendió todas las alarmas internas de la compañía ubicada en la localidad de Cortínez, partido de Luján.
Cerámica Cortines ya había implementado la suspensión de actividades desde febrero hasta abril, pero la empresa reconoce que estas medidas "no han sido suficientes para paliar una situación cada vez más asfixiante". En este contexto, la firma advirtió que se encuentra con un "sobrestock" considerable y que no logra vender ni siquiera un cuarto del volumen necesario para cubrir los salarios básicos de su personal.
En el documento presentado ante la cartera laboral, la empresa señala que la crisis se intensificó desde fines de 2022 debido a una combinación de factores adversos: una marcada caída en el consumo general, un aumento significativo en los costos de insumos esenciales como la electricidad y el gas, y la dificultad para acceder a líneas de crédito. A esto se suma una "alta presión impositiva" que, según la compañía, limita severamente cualquier margen de maniobra para una posible reactivación.
"La empresa no es ajena al panorama actual que enfrentan numerosas industrias como la nuestra", señalaron desde Cerámica Cortines, haciendo hincapié en el peso significativo que representan los salarios y las cargas sociales en sus costos operativos. Asimismo, denunciaron la falta de flexibilidad laboral como un obstáculo para adaptarse ágilmente a las fluctuaciones del mercado.
Ante este escenario complejo, la empresa ha propuesto un plan que contempla mantener la estabilidad laboral del 60% de su plantilla actual, mientras que el 40% restante se desvincularía bajo un esquema que incluiría retiros voluntarios o despidos con el pago de indemnizaciones en cuotas, "según la antigüedad y la carga familiar" de cada trabajador.
Al 30 de marzo del corriente año, la nómina de Cerámica Cortines estaba compuesta por 329 empleados, de los cuales 252 están afiliados al convenio colectivo de la Federación Obrera Ceramista de la República Argentina (FOCRA) y 81 se encuentran fuera de convenio.
Paralelamente a este plan de reestructuración, la empresa solicitó al Ministerio de Trabajo un acuerdo de paz social por un período de 90 días. El objetivo de esta solicitud es evitar conflictos gremiales que puedan agravar aún más la delicada situación de la empresa, comprometiéndose a abonar el 80% del salario durante ese lapso.
La firma justificó estas medidas de emergencia como una estrategia crucial para "evitar una situación irrecuperable" y, en última instancia, "salvaguardar la fuente de trabajo" del 60% de su personal en un contexto económico donde numerosas empresas del sector enfrentan desafíos similares.
La profunda crisis que atraviesa Cerámica Cortines no es un hecho aislado, sino que se enmarca en un contexto crítico para la industria de la construcción en general, que experimentó una caída del 27,4% interanual durante 2024, fuertemente impactada por la suspensión de la obra pública, entre otros factores económicos adversos. La situación de esta emblemática empresa bonaerense genera preocupación en el sector y anticipa posibles repercusiones en el empleo y la economía local.