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Según el Código de Derecho Canónico, los creyentes católicos de 14 años o más deberían abstenerse de comer carne en “días de penitencia” como “Miércoles de Ceniza”, “Viernes Santo” y los “Viernes de Cuaresma”.

Por lo tanto, el Viernes Santo , 18 de abril, es el único día de la Semana Santa en el que no se puede comer carne. Para el Vaticano se trata de una jornada de penitencia, ya que conmemora las acciones que llevan a la crucifixión del Hijo de Dios.

Se considera carne a la carne de mamíferos (carne de res o cerdo) y aves (pollo o pavo). No está prohibido consumir pescado, así como tampoco productos no cárnicos derivados como la leche, el queso, la manteca, los huevos y las salsas elaboradas con grasas animales.