Por: Pipo Rossi
Máximo Marcelo Torcuato de Alvear Pacheco ,nace en Buenos Aires, 4 de octubre de 1868 ,muere en Don Torcuato, 23 de marzo de 1942, fue un abogado y político argentino perteneciente a la Unión Civíca Radical de tendencia liberal que se desempeñó como embajador en Francia, diputado y presidente de la Nación Argentina entre el 12 de octubre de 1922 y la misma fecha del año 1928.
Fue parte de la familia Alvear, varios de sus miembros han ocupado importantes lugares en la historia argentina a lo largo de décadas, Marcelo era hermano de Carlos Torcuato de Alvear, hijo de Torcuato de Alvear, ambos intendentes de Buenos Aires, y nieto de Carlos María de Alvear.
Participó activamente de las revoluciones radicales acontecidas en los años 1890 y 1893, integrándose en la Unión Cívica que daría origen a la Unión Cívica Radical, siendo uno de los miembros de la aristocracia argentina integrado a las tareas de un partido popular. Allí trabó amistad con personalidades como Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen, siendo secretario del primero y padrino de armas del segundo.
En las elecciones para renovación de bancas legislativas celebradas tras la reforma electoral de la ley Sáenz Peña en 1912, Alvear fue elegido diputado, cargo que desempeñó por dos años. Su periodo de gobierno coincidió justo con el fin de la crisis mundial de la posguerra, lo que le permitió mejorar la economía y las finanzas del país sin mayores contratiempos.
Se destacó también en el desarrollo de la industria del automotor y la exitosa explotación petrolera, con lo cual alcanzó una prosperidad económica desconocida hasta entonces para la Argentina, y que se demostró con el gran aumento conseguido en el PIB por habitante, cuyo índice para el año 1928 había alcanzado el sexto puesto entre los más altos del mundo.
Casi al terminar su gestión presidencial, el partido se dividió en dos facciones, de las cuales los antipersonalistas estaban más identificados con el alvearismo que con el yrigoyenismo. Pese a las presiones de sus ministros, Alvear no aceptó intervenir en la provincia de Buenos Aires para que la facción antipersonalista ganara las elecciones de 1928, lo que provocó la renuncia de algunos de sus ministros.
Los «personalistas» criticaban a Alvear porque, a diferencia con Yrigoyen, no realizó reformas a fondo, como podría haber sido la nacionalización del petróleo. Fue siempre un acérrimo detractor de los regímenes totalitarios de Italia, Alemania y la Unión Soviética, pero apoyó al bando aliado en ambas guerras mundiales. Al dejar la presidencia se radicó en Francia. Volvió al país pocos años después para reunificar su partido e intentar acceder a la presidencia por segunda vez en 1931, pero se le fue prohibida su candidatura por parte del régimen militar de José Félix Uriburu.
Alvear, junto a otros correligionarios radicales, fue perseguido, apresado o tuvo que exiliarse en reiteradas ocasiones por el régimen represivo de la década infame, por lo que conoció el presidio en la isla Martín García. . Poco después de esa elección Alvear desaparecería lentamente de la vida pública hasta su fallecimiento.