El contador Juan Carlos de Antoni y Mabel, mamá de Belén Vallejos, convocaron a los medios de comunicación para fijar su posición respecto a la muerte de la joven que fue hallada sin vida en su hogar el lunes 16 de marzo pasado. Como la declaración ees larga, la dividimos en dos partes. En la primera, De Antoni habla de la prescripción de morfina durante tres años y se manifestó extrañado por esa situación. "Puse un abogado para que intervinieran a ver quién fue la médica que firmaba eso... dije la médica porque era médica, una mujer, obvio. Y ahí empezaron varias cosas que terminaron inclusive con que echaron a una persona del hospital", sostuvo dando a entender que la decisión tuve que ver con el tratamiento de morfina que le recetaron a Belén.
De Antoni fue quien se encargó de informar la posición.
"Yo empecé a intervenir en la vida de ella, hace más o menos unos 10 meses... porque le habían dado durante tres años morfina, tres años consecutivos por una cuestión en particular, porque le habían operado tres veces creo de un riñón, algo así fue. Eso yo en ese momento no lo sabía simplemente cuando ella me vino a ver por los problemas que tenía y diciéndome que yo ya antes le había ayudado hace años, la verdad que no me acuerdo, hace que estoy en la municipalidad 53 años y entonces, como le había ayudado se acordaba y quiso que la vuelva a le dije que sí, y el tema empieza porque cuando me cuenta el problema de la morfina me pareció totalmente imposible", dijo
Luego explicó "Porque la morfina se le da a una persona cuando esté prácticamente a la muerte para que no sufra y esperando el final. Tres años de morfina no lo había escuchado en mi vida", señaló.
"Consecuencia, fui al hospital, hablé con la psicóloga, hablé con el psiquiatra y había un tiempo bastante importante y ahí fue donde cambiaron todo. Inclusive puse un abogado para que intervinieran a ver quién fue la médica que firmaba eso", señaló y remarcó "dije la médica porque era médica, una mujer, obvio. Y ahí empezaron varias cosas que terminaron inclusive con que echaron a una persona del hospital porque, yo ya lo sabía, y lo dije, pero creo que ahí cuando hablé con los psicólogos especialmente, que hablé un rato largo, tenían idea de lo que estaba pasando, pero nadie intervenía", dijo
"Como me vieron a mí y parece que en algún momento tenían miedo de lo que iba a hacer, y lo hice porque si puse un abogado era para que la cosa se aclarara. Por suerte se consiguió que se terminara el tema de la morfina, se hicieran cargo los médicos de darle los productos necesarios, yo no soy médico, obvio, para que salga, porque eso es una droga y tenían que darle todos los productos. Desde ese momento, hace seis meses exactamente, eso sí me acuerdo porque lo contábamos yo, a ella la veía casi diariamente para que no volviera a la morfina, porque ella la necesitaba", sostuvo.
"Ella quería calmantes, precisamente, que reemplazaban la morfina. Exactamente. Le dieron ahora cinco productos que se lo daban diariamente, para que ella saliera de la necesidad de la droga morfina. No otra droga, de la morfina que estaba proporcionando el mismo hospital. Desde ese momento en adelante, a ella en el hospital la atendieron muy bien, cambió absolutamente todo, estaba tomando los remedios puntualmente, la señora tenía que ir a retirarlo semanalmente y entregarle una dosis de las cinco productos diarios para que ella los tomara", contó De Antoni.
"Yo insisto, vine algún día no, pero casi diariamente, aunque sea 15 o 20 minutos, porque me parecía una cosa totalmente inusual. En mi vida me encontré con algo así y quise ayudarla, quise que ella pudiera salir de todo eso, que no es fácil. Ustedes saben que cualquier drogadicto, no sale así nomás. Más hablando en el hospital quedamos que posiblemente la internaran. Inclusive se habló de internarla en Zapala, no sé por qué", ventiló.
"Pero en definitiva no fue así. La internaron creo que 15-20 días, pero muy poco. En esos 15-20 días también quiso que la fuera a ver al hospital porque ella necesitaba apoyatura y yo no tuve ningún problema en que sucediera. Insisto, por eso la veía, aunque sea 15 minutos, venía perfectamente bien, había cambiado totalmente su formato, todo; sus actividades. Había vuelto a trabajar porque ella tenía un título de masajista. Tenía un nombre raro que no conozco, pero era masajista, Masoterapeuta", explicó.
"Ella lo estaba no solamente poniendo en práctica, sino que estaba cobrando dinero, para todo esto cuando empezó el problema, ella esto lo alquilaba, no es de ella, necesitaba dinero, aunque sea para la luz, para lo que fuera. La municipalidad hablé con Ramón Rioseco y le dije, le expliqué el tema, lo aceptó y le estaba dando un subsidio mensual, para que ella pudiera soportar este tramo, porque yo creo que unos meses más, calculábamos cinco o seis meses, porque con los médicos quedamos que para salir totalmente de la necesidad y de la droga necesitaba prácticamente un año de tratamiento. Así que ya habían pasado, al mes pasado, porque contábamos mes a mes, este mes sería el séptimo mes, ya habían pasado seis meses de tratamiento. Lo había sobrepasado muy bien porque lo había cumplido", señaló.