La Nochebuena fue ruidosa y explosiva en la comarca petrolera. Hubo 18 minutos de pirotecnia a toda furia y luego otros 9 minutos un poco más atenuados pero también de fuego graneado.
En Neuquén capital, por otro lado, fueron 30 minutos de estruendoso recibimiento de la Navidad. "Estuvo durísimo. Se tiraron la vida en cohetes", dijo un vecino capitalino,
Obviamente, la situación confirmó lo que se preveía: los pocos controles reales y escasos decomisos de pirotecnia adelantaban lo que finalmente sucedió. Además, dejó en evidencia que la aplicación de la Ley fue un fracaso y hubo transito, acopio y venta de pirotecnia "a granel" en las rutas y ciudades neuquinas.