Imagen


Por: Pipo Rossi

Sin duda uno de los próceres más importantes de la historia Argentina, sin él probablemente no nos habríamos independizado.


El 17 de agosto se cumplen 174 años del fallecimiento del General José de San Martín. José Francisco de San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, un pueblito de la provincia de Corrientes.
Sus padres eran Don Juan de San Martín y Gregoria Matorras.
En el año 1781 su familia se mudó a Buenos Aires, y en 1784 realizó un viaje a España que sería determinante para el futuro de nuestro territorio.

Allí se formó como cadete y se incorporó al ejército español, participando en distintas guerras. En una de las batallas contra Francia, al mando del ejército español vencieron al de Napoleón I y esa victoria le valió una medalla de oro y el grado de Teniente Coronel.

En 1811 se retiró del ejército español y viajó a Londres, esperando la oportunidad de regresar a las Provincias Unidas del Río de La Plata.

Batalla de San Lorenzo, uno de los triunfos más importantes del ejército de Granaderos a Caballo.

El 9 de marzo de 1812 desembarcó en Buenos Aires, y se encontró con una etapa histórica que lo necesitaría al mando del ejército y para la que sería indispensable. Desde su llegada, el nuevo gobierno le dispuso un escuadrón de caballería con el que formaría el Regimiento de Granaderos a Caballo.

Se cumplen 174 años del paso a la inmortalidad de José de San Martín: esto dijo en sus últimas cartas.

En 1813 obtuvo su primera victoria en combate al mando del ejército rioplatense en la batalla de San Lorenzo.
El combate duró tan solo 15 minutos. Esto demostró la capacidad de estrategia militar que había desarrollado en su paso por España.

En el año 1817 realizó su hazaña más recordada. Cruzó la Cordillera de los Andes con su ejército para sorprender al ejército realista y contribuir en la liberación de Chile. Luego de una derrota y reacomodamiento el 19 de marzo de 1818, pudo obtener una victoria 2 meses después en la batalla de Maipú, liberando así a Chile del Virreinato español.

Entre 1820 y 1821 liberó Perú. Y luego de entrevistarse con Simón Bolivar en Guayaquil en 1822 decidió renunciar a su cargo. En 1824 decidió trasladarse a Europa nuevamente con la idea de darle una buena educación a su hija.

Finalmente, el 17 de agosto de 1850 falleció en Francia acompañado de su hija, su yerno, sus nietas, el representante de Chile en Francia y el Dr Jordán, su médico.

Esta es una de las últimas cartas escritas por él, enviadas a Juan Manuel de Rosas:

"Mi respetable general y amigo: A pesar de la distancia que me separa de nuestra patria, usted me hará la justicia de creer que sus triunfos son un gran consuelo a mi achacosa vejez. Así es que he tenido una verdadera satisfacción al saber el levantamiento del injusto bloqueo con que nos hostilizaban las dos primeras naciones de Europa; esta satisfacción es tanto más completa cuanto el honor del país, no ha tenido nada que sufrir, y por el contrario presenta a todos los nuevos Estados Americanos, un modelo que seguir y más cuando éste está apoyado en la justicia.

Para evitar el que mi familia volviese a presenciar las trágicas escenas que desde la revolución de febrero se han sucedido en París, resolví transportarla a este punto, y esperar en él, no el término de una revolución cuyas consecuencias y duración no hay precisión humana capaz de calcular sus resultados, no sólo en Francia, sino en el resto de la Europa; en su consecuencia, mi resolución es el de ver si el gobierno que va a establecerse según la nueva constitución de este país ofrece algunas garantías de orden para regresar a mi retiro campestre, y en el caso contrario, es decir, el de una guerra civil (que es lo más probable), pasar a Inglaterra, y desde este punto tomar un partido definitivo.

En cuanto a la situación de este viejo continente, es menester no hacerse la menor ilusión: la verdadera contienda que divide a su población es puramente social; en una palabra, la del que nada tiene, tratar de despojar al que le posee; calcule lo que arroja de sí un tal principio, infiltrado en la gran masa del bajo pueblo, por las predicaciones diarias de los clubs y la lectura de miles de panfletos; si a estas ideas se agrega la miseria espantosa de millones de proletarios, agravada en el día con la paralización de la industria, el retiro de los capitales en vista de un porvenir incierto, la probabilidad de una guerra civil por el choque de las ideas y partidos, y, en conclusión, la de una bancarrota nacional visto el déficit de cerca de 400 millones en este año, y otros tantos en el entrante: éste es el verdadero estado de la Francia y casi del resto de la Europa, con la excepción de Inglaterra, Rusia y Suecia, que hasta el día siguen manteniendo su orden interior.

Un millar de agradecimientos, mi apreciable general, por la honrosa memoria que hace usted de este viejo patriota en su mensaje último a la Legislatura de la provincia; mi filosofía no llega al grado de ser indiferente a la aprobación de mi conducta por los hombres de bien. Esta es la última carta que será escrita de mi mano; atacado después de tres años de cataratas, en el día apenas puedo ver lo que escribo, y lo hago con indecible trabajo; me resta la esperanza de recuperar mi vista en el próximo verano en que pienso hacerme hacer la operación á los ojos. Si los resultados no corresponden a mis esperanzas, aun me resta el cuerpo de reserva, la resignación y los cuidados y esmeros de mi familia. Que goce usted la mejor salud, que el acierto presida en todo lo que emprenda, son los votos de este su apasionado amigo y compatriota".España que sería determinante para el futuro de nuestro territorio.