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Leo era un jubilado que se ganaba la vida vendiendo golosinas en la plaza de Cipolletti. El sábado pasado falleció y al identificarlo surgió que tenía pedido de captura de la justicia de La Plata...

Leo, en realidad, se llamaba Alfredo Jorge Campanella, tenía 76 años de edad y estaba prófugo de la justicia de La Plata, acusado de violar a dos hermanas menores de 10 y 11 añitos en un hotel alojamiento hace unos cuántos años atrás. Lo conocían como la "Hiena de La Plata".

El periodista Miguel Parra fue quien hizo pública la información y recordó que varias veces había intentado entrevistarlo porque su presencia no pasaba inadvertida en la ciudad y, como suele suceder en la Patagonia, surgía el sentimiento de ayudar "al abuelo".

Decía que era jubilado, que venía de Mar del Plata y pedía que no le saquen fotos ni publiquen nada porque -aseguraba- con "la jubilación y la venta de golosinas me alcanza".

Su figura de abuelo y que pasara allí sentado largas horas, con frío o calor, provocaban un sentimiento de solidaridad espontáneo.

Leo murió el sábado de una ataque cardíaco y, lógicamente, para extender el certificado de defunción y avisar a familiares era necesario identificarlo fehacientemente. Fue allí, con las huellas dactilares, que apareció el prontuario y el pedido de captura vigente.

"Antes de someter a las menores, las llevaba al cine y a la República de los Niños. Se registraba en hoteles diciendo que eran sobrinas; después las violaba y fotografiaba. Se lo imputaba por abuso sexual con acceso carnal, abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores. La pena que le cabía, era de hasta 50 años de cárcel", señaló Parra.