El 16 de julio de 1.994, era sábado. Eduardo Jara de 15 años y Lucio Castro, de 14, pasaban el día en el lago Los Barreales con la familia, tomaron una canoa y se internaron en el espejo de agua. Nunca más se supo nada de ellos. En medio, hubo una intensa búsqueda por tierra, aire y agua de la que participaron muchos vecinos, policía, personal de TAPSA y también los Bomberos de Cutral Co.
En aquellos días Liliana Avila, era cabo bombera voluntaria del cuartel de Cutral Co y le tocó participar de la búsqueda tanto en avión como en bote. “Hacía mucho frío, el agua estaba helada, encontramos la canoa y algunas cosas, pero a los chicos nunca”, contó en diálogo con este medio. Esto fue 8 días después de la desaparición y se encontró también un remo. (Foto: El papá de Eduardo Jara - con el gorro- durante la búsqueda junto a un efectivo de Prefectura)
El papá de Eduardo Jara contó que el viento arrastró el bote hacia el interior del lago. La canoa fue hallada a varios kilómetros de distancia cerca de Planicie Banderita. Liliana Avila participó del aquel operativo y este medio la contactó para que relate su experiencia.
P_: Bueno, Lili, ¿aquello comenzó el 16 de julio de 1994 cuando desaparecieron dos adolescentes en el lago Los Barriales?
LA_: Efectivamente.
P_: ¿En aquel momento vos trabajabas en bomberos voluntarios de Cutral Co? (Foto.- En la lancha Liliana Avila, tras retornar de un recorrido por el lago)
LA_: Yo era cabo bombero voluntario de la Asociación de Bomberos de Cutral Co. Efectivamente.
P_: ¿Y el 16 salieron los dos chicos a navegar en una balsa o una cosa por el estilo?
LA_: Por lo que recuerdo, el niño Castro se había ido a vivir a Buenos Aires y venía de vacaciones a estar con su amigo que era Eduardo Jara. De acuerdo a lo que tengo en mi memoria, dicen los padres que los chicos agarraron la canoa cuando ellos se habían ido a dormir la siesta y salieron a navegar.
P_: Y allí desaparecieron. Había viento, no había viento. ¿Qué te acordás de todo aquello?
LA_: Mirá, nosotros cuando fuimos al rescate era un día gris ventoso.
P_:¿Cuántos días después comenzaron las tareas de búsqueda?
LA_: Esto fue un sábado, el sábado 16 de julio y dos o tres días después ya había búsqueda de los chicos y ustedes se unieron en la misma semana. El domingo siguiente, el domingo 24 de julio se encontró la canoa.
LA_: Exactamente, salimos a rastrillar y recuerdo que fui en un Pilatus Porter que prestó el señor Agustín Pérez, que era el gerente en ese tiempo de TAP SA (Transportes Aéreos Patagónicos SA).
P_: ¿Esto es avión? ¿Esto es un avión?
LA_: Esto es un avión chiquito. Y en ese avión iba quien te habla y el piloto que era Eduardo Rosenbrock. Y lo que no teníamos autorización de salir porque ahí hay mucho petróleo, mucho gas y entonces llegamos hasta Loma la Lata, que ahí fue donde aterrizó el Pilatus Porter.
P_: Y también hubo búsqueda por agua, ¿no es cierto? con botes y demás.
LA_: Sí, sí, estuvo gente de la Prefectura Naval de Neuquén, hubo gente de TAPSA, nosotros. En ese tiempo estaba como jefe de bombero el señor Juan Carlos Vas.
P_: Bueno, ¿y qué te acordás de la búsqueda? El agua me imagino helada, muchísimo frío y era pleno invierno.
LA_: Era pleno invierno. Muy duro porque también en ese caso yo tenía un hijo, un niño. Era muy duro porque mucha gente después se sumó, varios comerciantes, mucha gente a cuidarnos a los poquitos que éramos en esa época. Se llevó un equipo electrógeno para tener luz que desapareció en el agua.
P_: ¿Se cayó en el agua?
LA_. Sí, pasamos muchísimo frío. Y entre eso lo sacaron al señor Marcos en upa, pobrecito de tanto que anduvimos en el agua.
P_: Esto por el frío, digamos, estaba con principio de hipotermia.
LA_: Sí, mucho.
P_: ¿Y finalmente no se logró ubicar a nadie?
LA_: No. Nunca encontramos nada, nunca nada. Con el tiempo encontré un pedazo de la canoa donde habían andado los chicos, pero nunca encontramos nada.
P_: ¿Se recorrieron todas las islas, toda la costa, fue un operativo muy grande de búsqueda en aquel momento?
LA_: Sí, fue muy grande y el rastrillaje. Te imaginás que se recorrió todo con dificultad, era tremendo. En esa época era pleno campo, no había prácticamente ningún tipo de desarrollo urbano. Me acuerdo de que las dimensiones del lago decían que tenían entre 100 y 120 metros de profundidad.
Se siguió buscando después. Gente de Prefectura, gente de Plottier, de Bomberos, se trabajó mucho en ese caso y yo, aún hoy que ya van a ser 30 años creo que, en estos días, yo nunca más supe que había sido el destino de esas dos personitas. Uno queda con una angustia de no haber completado su trabajo.