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El Colegio de Abogados y Procuradores de esta II Circunscripción Judicial de la Provincia del Neuquén, hoy recuerda a las abogadas y abogados que, a riesgo de su propia vida, defendieron el estado de derecho, las libertades y garantías consagradas en la Constitución Nacional; durante la última dictadura cívico-militar.

"La Noche de las Corbatas" es el nombre con el que los represores bautizaron una serie de secuestros y ejecuciones de abogados y abogadas laboralistas motivados por sus desempeños profesionales, centrados en la defensa de trabajadores y sus gremios; ocurridas en Mar del Plata, entre el 6 y el 8 de julio de 1977.

Sofía Inés Lanzilotta, escribió en "Historia hoy" que "En julio de 1977 fueron secuestradas en Mar del Plata once personas, entre ellas los abogados: Norberto Centeno, Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Alais, Camilo Ricci, Carlos A. Bozzi y Tomás J. Fresneda. Las otras personas secuestradas fueron María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda -embarazada-, María Esther Vázquez de García, Néstor Enrique García Mantica, José Verde, y su esposa. Fueron detenidos de manera clandestina en la base naval Mar del Plata. De todos ellos, sólo sobrevivieron José Verde y su esposa, Camilo Ricci y Carlos A. Bozzi.El secuestro de seis abogados en dos días y el alojamiento de los mismos en las instalaciones del viejo radar situado en la Base Aérea cercana a la ciudad de Mar del Plata provocó que se denominara estos sucesos como la Noche de las Corbatas.

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El Colegio Público de Abogados de Mar del Plata contaba entre sus afiliados con muchos integrantes de la Concentración Nacionalista Universitaria (CNU), quienes fueron los ideólogos de los secuestros. A raíz del testimonio de Martha García de Candeloro, prisionera en esa misma “cueva”, se supo cómo fueron cayendo en aquél centro clandestino el grupo de abogados. La testigo, esposa de otro abogado asesinado por esos mismos captores días antes y que fuera secuestrado en Neuquén en junio de 1977, detalló minuciosamente esos momentos al declarar en el Juicio por la Verdad en dicha ciudad. Ella cuenta que escuchó decir a los represores ante la pregunta de por qué todos usaban traje y corbata: “Esta es la noche de las corbatas, ahora la Justicia somos nosotros”.

Bozzi, a su vez, también declaró como único sobreviviente de ese conjunto de abogados el 16 de mayo de 2005 ante el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata. Los abogados Tomás Fresneda y Carlos Bozzi fueron secuestrados de su estudio jurídico la noche del 8 de julio de 1977 por un grupo de personas armadas. Luego tomaron cautiva también a la esposa de Fresneda, María de las Mercedes Argañaraz. La primera plana del diario La Capital en aquel 21 de julio, recuerda Bozzi, tituló la noticia como: “CONFIRMÓ EL EJERCITO LA LIBERACIÓN DEL DR. BOZZI Y LA MUERTE DE 3 SEDICIOSOS”.

El 8 de julio de 1977, según fue acreditado ante el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, fue asesinado el Dr. Norberto Centeno, en el mismo sitio donde fueron cautivos el resto de los abogados. En dicha audiencia, el Dr. Bozzi declaró que en los dos primeros días fueron “visitados por extrañas personas” a quienes podían explicarles su situación, pero no para llevar a cabo la denuncia, ya que la intención de la visita era transmitir serenidad y tranquilidad. El abogado contó que pudo ver dos pares de zapatos, y que el Dr. Tomás Fresneda creyó reconocerlos, pero la intervención de un “custodio” al escuchar su conversación impidió que le dijera sus nombres, los cuales no pudieron saberse nunca, pues Fresneda -conforme se determinó judicialmente- fue asesinado.

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Por la desaparición de las once personas mencionadas, entre las que se encuentran los abogados laboralistas, se presentaron al menos dos acciones de habeas corpus colectivos y otras individuales. Todas ellas tramitaron ante el Juzgado Federal N° 3 de Mar del Plata, a cargo por aquel entonces del Dr. Pedro Federico Hooft. Los expedientes: 17077/76, 16660/77, 17079/77ii -correspondientes a las acciones colectivas-, tanto como los individuales, fueron rechazados, entre julio y octubre del año 1977, en algunos casos con costas al denunciante. Si bien el reclamo de los familiares de los ilegalmente detenidos en la base naval de Mar del Plata, fue rechazado sin más por la justicia, la mayoría de ellos continúan desaparecidos, lo que hace presumir sistemática la práctica del rechazo de habeas corpus; haya visitado o no, el juez marplatense, a los detenidos en el centro clandestino.

En cautiverio, Bozzi descubrió por una conversación entre dos guardias el secuestro de María Esther Vázquez de García y Néstor Enrique García Mantica. En dicho diálogo escuchó referirse a una mujer “traída ayer”. La información precisa de la desaparición de la pareja aún no se conocía y, sin embargo, figura en un archivo secreto de la embajada de EE.UU. en Argentina.

La aparición de Carlos Bozzi

La liberación de Bozzi, uno de los seis abogados secuestrados y uno de los dos sobrevivientes de “la noche de las corbatas”, se dio en el contexto de un tiroteo, donde relata él mismo que se encontraba en el baúl de un auto que fue interceptado a tiros, con la consecuencia fatal de dos estudiantes secuestrados muertos. Por supuesto que dicha liberación figuró en los titulares como el abatimiento de criminales en fuga, atribuyéndole el secuestro del abogado a Montoneros. En palabras del propio Bozzi “mataron secuestrados, recuperaron el automóvil del Dr. Centeno, reforzando la teoría de que también había sido muerto por dicha organización, y se vendió la operación como un éxito de las fuerzas legales”.iii El Lic. Alejandro Inchaurregui, perito forense de la Cámara Federal de La Plata que participó en varias causas de búsqueda de personas, estableció que las dos personas eran estudiantes universitarios secuestrados el 28 de junio de 1977 en la ciudad de La Plata y trasladados desde el Centro Clandestino “La Cacha” para luego asesinarlos.

Se inventó, como en tantos otros casos, un enfrentamiento; de hecho, el diario La Capital, en recortes que conserva el abogado sobreviviente del caso, lo relataba de la siguiente manera:
Armas secuestradas: Los tripulantes del Ford Falcon tenían en su poder dos revólveres calibre 32, una pistola 22 y un fusil, así como numerosos proyectiles (…) Habría confesado uno de los abatidos: (…) uno de los delincuentes que viajaban en el Ford Falcon, al iniciarse el tiroteo, inició la huída hacia el campo. En esa oportunidad, mientras protegía su fuga a balazos, cayó herido. Al parecer, el oficial a cargo del operativo le habría tomado declaración. En esa oportunidad se habría confesado jefe del grupo actuante, señalando que pertenecía a la denominada organización Montoneros. También habría dado a conocer trascendente información que permitiría en las próximas horas nuevos procedimientos.

Así ponía la prensa, en palabras de los muertos, confesiones que aunque no hubieran existido -hecho que no podrá constatarse jamás- les servía para convalidar los crueles asesinatos".