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Por Patricio Petrini
Tras el escándalo, la organización decidió retirar a Carlos Bareuther de la parroquia San Cayetano y enviarlo a un destino no informado. La polémica surgió luego de que la Asociación Damas Salesianas expusiera la estadía en Bariloche del sacerdote condenado a tres años de prisión en suspenso.

El revuelo que provocó la presencia de Carlos Bareuther en Bariloche, el sacerdote condenado por abuso sexual, llevó a la organización Salesianos de Don Bosco a entender que el hombre no podrá permanecer en la ciudad y se decidió su traslado a una localidad no informada en una comunicación abierta.

La estadía de Bareuther, vinculada a su rol como párroco de la capilla San Cayetano del barrio El Frutillar, fue advertida desde la Asociación Damas Salesianas, quienes de inmediato expusieron su pasado y por lo tanto la preocupación latente de esa organización que ofrece actividades en los barrios de los alrededores con un programa educativo y de formación para jóvenes.

Tras la conmoción que provocó la noticia, la Inspectoría regional de los Salesianos de Don Bosco emitieron una carta abierta dirigida a la comunidad de Bariloche. En ese escrito se reconoce que el cura fue imputado por dos denuncias por abuso de menores, se explica que fue sobreseído en una de ellas pero también confirman la condena en primera instancia por el otro caso. Sin embargo destacan que la pena de prisión se encuentra “en suspenso” porque la sentencia no está firme.

Según la propia organización clerical, ante los casos denunciados en el colegio Santa María de Cañuelas (Buenos Aires) la congregación “prestó toda colaboración con la justicia” para el esclarecimiento de los hechos. “La sentencia recaída no le impide el ejercicio del ministerio sacerdotal. Sin embargo, mientras el proceso canónico esté en marcha, la congregación impuso una restricción de trabajo con niños, niñas y adolescentes”, agregaron en otro párrafo.

También se mencionó que el traslado de Bareuther a Bariloche se hizo bajo las mismas condiciones que le habían sido impuestas. “Nunca fue destinado a un colegio ni tuvo presencia pastoral en una institución escolar”, detalló el padre inspector Darío Perera.

A pesar de las explicaciones brindadas, Perera informó que tras una deliberación con el obispo se decidió buscar un nuevo destino para el sacerdote que mantiene una pena de cárcel en suspenso.

“Entendemos cabalmente la preocupación y la sensibilidad que rodea este tema, y queremos asegurarles que hemos tomado todas las medidas necesarias para garantizar un entorno seguro y prevenir cualquier posibilidad de vulneración de derechos a miembros de la comunidad”, concluyó el salesiano.

Las denuncias

Carlos Bareuther fue condenado en agosto del año pasado pero los hechos que se le atribuyeron sucedieron en 2018. En el dictamen judicial se consideraron probados los tocamientos en perjuicio de una alumna de 14 años, ocurridos entre abril y julio de 2018 en la Escuela Santa María de la localidad de Cañuelas. En simultáneo la justicia lo absolvió en el segundo caso denunciado por otra menor al considerar que no existieron suficientes elementos de valoración.

Al momento de defenderse en el juicio, el sacerdote negó todos los cargos aunque reconoció que en algunos casos abrazó a los alumnos como gesto de contención pero dijo que siempre estuvieron en lados opuestos de un escritorio y que si bien fueron encuentros a solas, transcurrieron en cercanías de la Dirección o la Preceptoría.

El pasado 11 de agosto fue condenado a tres años de prisión de ejecución condicional por el delito de abuso sexual simple agravado por su condición de ministro de culto. Como atenuante el juez valoró la falta de antecedentes.