Mi nombre es Monica , soy la mamá de Matias Agustin C. Ocare , quien falleció hace 5 años, de una enfermedad llamada “Sindrome de Still” (muy poco conocida).
En aquel momento no tuvimos el valor de hacer la cremación de su cuerpito y hoy un poco mas fortalecidos con mi hijo Franco tomamos la decisión de hacerlo.
Fueron días difíciles, trámites, volver a tener en mis manos el acta de defunción, volver a firmar papeles que detallaban la muerte de mi hijo, fue recordar momentos dolorosos.
Frente a ese inmenso dolor fueron apareciendo personas que nos hicieron un poco menos doloroso este trayecto y a ellas va mi agradecimiento…
Personal de Copelco en oficina “Ruth y Sofía”, gracias por sus abrazos, sus palabras su contención cada vez que iba a la oficina o nos comunicábamos por teléfono.
Personal del crematorio gracias al sr. Carlos Burgos, por tratarme con tanto cariño y respeto el día que estaba sola otra vez frente al ataúd de mi hijo (el cual limpió y preparó para una nueva despedida con amor) y por el respeto hacia mi familia y amigos de Agus. Tanto él como el sr. José Luis Zuñiga fueron los encargados de entregarme las cenizas de mi hijo, momento sumamente doloroso y a la vez reconfortante por lo que significaba para nosotros.
Personal del Cementerio de Cutral Co, a su director Ariel Navarro y al resto de los muchachos que hicieron la exhumación (lamento no haberles preguntado sus nombres).
Entendieron mi dolor, tuvieron palabras de acompañamiento, gestos que nunca voy a olvidar.
También y a pesar del inmenso dolor que sentía, porque perder un hijo es un dolor inexplicable e incomparable a cualquier otra pérdida, me tomé un ratito para preguntarles a todos “¿cómo hacían para llegar a sus casas y olvidar lo que viven a diario?, ¿quién cuida de ellos, de su salud mental, tienen apoyo psicológico?” Simplemente se ayudan y apoyan entre ellos.
Siempre digo que el paso tanto cortito en esta vida de mi Agustín, solo alcanzó a cumplir 17 años, no quiero que sea en vano. Con él he ido aprendiendo que hay mucho por hacer y hay muchos por ayudar….deseo de todo corazón que todos los empleados que trabajan todos los días con la muerte, con el dolor, sean reconocidos y cuidados, que se trabaje por sus derechos y sean respetados y que tomemos de ellos el ejemplo de “empatía”
Mi agradecimiento a todos los que hicieron posible la cremación y deseo que dios y los angelitos de la guarda, guíen su camino y tengan la fortaleza necesaria para seguir trabajando para la sociedad.
Mi respeto a ellos y deseo que tengan la calidad de trabajo que merecen!!
Muchas gracias!!
Monica M. Ocare