Colaboró: Hugo Cabrera
Entre los principales afectados por el alud de barro de aquella noche del 11/12 de marzo de 1.975, hubo familias completas. Entre ellos, los Sáez. Imagen de Archivo de “Río Negro” publicada el 13 de marzo de 1975
Ellos vivían en Avenida del Trabajo al 1.200, al otro lado del zanjón. Allí, la fuerza de la correntada que había "movido" el puente de la calle Roca, arrancó de cuajo las casitas de adobe o material que estaban ubicadas en las orillas.
Los memoriosos recuerdan que de la vivienda de los Sáez, solo quedó el piso de mosaicos. Las paredes y el techo desaparecieron. Junto con el agua y en medio de los restos de material, se fueron la madre de familia, Elsa; dos de sus hijos, Miguel Angel y Daniel y una prima de 11 años, que esa anoche se había quedado en la casa de los tíos. El padre estaba trabajando en Catriel cuando ocurrió el trágico suceso.
A la mamá y a Daniel, el hijo más chiquito, los encontraron en los días posteriores. El cuerpo del hijo mayor, de 5 años de edad, apareció un mes después en Neuquén del medio, a donde la familia había llegado siguiendo la huella del agua.
En el camino, integrantes de la familia Sáez que habían sobrevivido, hallaron otros dos cuerpos.
Daniel Sáez, fue la víctima con menor edad del aluvión del '75. Por ello, el barrio que se construyó para alojar a los evacuados que se habían quedado sin viviendas, se le puso ese nombre.