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La persistencia de síntomas de COVID-19 más allá de la fase aguda ha sido motivo de creciente preocupación. Ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores británicos revela que el COVID prolongado puede ocasionar un deterioro cognitivo significativo, equiparable a una pérdida de hasta seis puntos en el cociente intelectual (CI). Estos hallazgos plantean inquietudes sobre las secuelas a largo plazo de la enfermedad.

El COVID prolongado, caracterizado por síntomas como cansancio extremo, dificultad para pensar, taquicardia, insomnio, y pérdida de memoria, ahora se asocia con consecuencias cognitivas preocupantes. La llamada ‘niebla cerebral’ se ha revelado como un síntoma tangible, correlacionado con déficits medibles en memoria, razonamiento y concentración.

El estudio analizó a 140,000 personas que experimentaron síntomas prolongados en 2022. Los resultados muestran que aquellos que aún presentaban síntomas después de 12 semanas experimentaron una pérdida de hasta seis puntos en el CI. Incluso aquellos que se recuperaron mostraron un déficit cognitivo equivalente a tres puntos de CI en comparación con personas que nunca contrajeron el virus.
Los casos más graves, especialmente aquellos que requirieron cuidados intensivos, enfrentaron pérdidas más significativas en el CI, llegando hasta nueve puntos.

Aunque estos hallazgos plantean preguntas sobre el impacto a largo plazo, la buena noticia es que los pacientes que se recuperaron durante el estudio mostraron niveles de CI similares a aquellos que se recuperaron más rápidamente.

A pesar de la duración prolongada del deterioro cognitivo, los investigadores sugieren que este podría no ser permanente. Los pacientes que superaron la enfermedad durante la investigación exhibieron niveles de CI similares a los de aquellos con una recuperación más rápida, brindando esperanza para una recuperación cognitiva eventual.
Aunque el estudio tiene limitaciones al no contar con datos previos al COVID sobre las capacidades cognitivas individuales, los resultados subrayan la necesidad de una comprensión más profunda de las secuelas a largo plazo del COVID prolongado.

La esperanza de recuperación cognitiva ofrece un rayo de luz para aquellos que luchan actualmente contra esta condición, resaltando la importancia continua de la investigación en esta área crucial de la salud.

FUENTE: DW.