La empresa NAO tendría todo listo para entrar en nuevamente proceso a mediados de este mes de enero. Será, casi 16 meses después, de la explosión que causó la muerte de 3 operarios y que tiene en el sillón de los acusados a 7 trabajadores de la firma. Pero también, luego que quedara al descubierto que las anteriores instalaciones no reunían condiciones mínimas de seguridad, según indicaron los fiscales que investigan aquel trágico hecho.
Los empresarios que tiene el paquete accionario de NAO venían trabajando para reabrir la firma y ponerla en producción. Esos trabajos parecen haber llegado a término y la fecha de puesta en régimen sería el 15 de enero próximo.
Cabe recordar, que la investigación sobre la implosión todavía está en marcha y aún no fue elevada a juicio. Al formular cargos, la fiscal Sandra González Taboada aseguró que en la planta había " un sinnúmero de incumplimientos".
Al referirse a la red eléctrica remarcó que "la instalación era no adecuada y no apta" que presentaba "anomalías" y estaba "fuera de norma" aunque se permitió que continúe la operatividad de la planta. "No garantizó la seguridad de las operaciones", dijo.
Durante su exposición, González Taboada adjudicó la explosión a dos motivos: "Uno, un sinnúmero de incumplimientos de mandas legales... y dos, las falencias en los funcionamientos de diferentes equipos y equipamientos como también la carencia de diferentes equipos e instalaciones".
Y dedicó un párrafo especial al jefe de Mantenimiento de la planta, Silvio Saibene. "Instaló aires acondicionados y tableros con cableado no aptos para la zona clasificada" y puntualizó que encontraron "ausencia de tornillos, de ajuste y de capas protectoras del sistema eléctrico en un área explosiva. Permitió el uso de equipos inadecuados en la sala de control. Esto inicia en la sala de control, por el ingreso de vapores", remarcó.
Había operaciones que era de alto riesgo, dijo González Taboada. "Es de destacar que tanto Obreque (Jefe de Producción) como Guido Torti (Jefe de Planta), sabían que al momento de la recirculación se colocaba un trapo en la boca de medición y un ladrillo para amortiguar el golpeteo que realizaba la tapa al subir y bajar por acción de la presión generado por los vapores", describió.
Al relatar la explosión, precisó: "Tras un fuerte zumbido, se generó una nube de vapores". Al tomar contacto con “una fuente de ignición idónea como fue uno de los artefactos eléctricos posicionados dentro de la sala de control – ubicada a una irregular distancia de 15 metros- del ya indicado tanque 205. Inflamándose, o sea, prendiéndose la mezcla y en su retroceso produce la explosión del tanque y la voladura del techo del mismo. Esta combustión súbita mencionada (deflagración), se produce con una onda expansiva y frente de llama de modo casi instantáneo, ocasionando la muerte de los operarios Herrera, Molina y Jara, que se encontraban trabajando y quienes se conducían a la sala de bombas donde se encontraba una artesanal y precaria red contra incendios, quedando atrapados en la bola de fuego producida al quemarse la masa de vapores emitidas, afectando además las instalaciones propias y linderas a la refinería, las cuales fueron envueltas por las llamas y los altos niveles de radiación térmica”.
En definitiva, hay en juego una veintena de puestos de trabajo que son importantes. Habrá que ver si los controles sobre la planta dan garantías de que no haya nuevos sucesos trágicos.