El descubrimiento se dio cuando un taxi con matrícula paraguaya llegó al Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz y, allí, "personal aduanero le preguntó al conductor si tenía algo para declarar y el hombre afirmó que llevaba un paquete para un cliente argentino". Un papel indicaba como destinatario a Diego Lotocki.
Agentes de la Dirección General de Aduanas (DGA) incautaron en la frontera con Paraguay insumos que se utilizan en tratamientos estéticos que carecían de los avales aduaneros y sanitarios y en cuya caja figuraba como destinatario Diego Lotocki, que "sería el hermano de Aníbal Lotocki", el cirujano condenado a cuatro años de prisión por lesiones graves a cuatro pacientes entre las que se encontraba la actriz y modelo Silvina Luna, luego fallecida.
Así lo informó este viernes la DGA en un comunicado en el que consignó que el descubrimiento se dio cuando un taxi con matrícula paraguaya llegó al Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz, que conecta Posadas con Encarnación, Paraguay, y, allí, "personal aduanero le preguntó al conductor si tenía algo para declarar y el hombre, de nacionalidad paraguaya, afirmó que llevaba un paquete para un cliente argentino".
El organismo informó que los guardas advirtieron en ese momento que había un papel adherido a la caja que indicaba como destinatario del paquete a Diego Lotocki, que "sería el hermano de Aníbal Lotocki".
"En ese momento, los agentes del organismo decidieron utilizar un método no intrusivo de control: el escáner aduanero. Las imágenes revelaron la presencia de envases de vidrio con una sustancia en su interior. Dada la cantidad del producto se creía que podía tener fines comerciales, por lo que le solicitaron al conductor que abriera el paquete para exhibir su contenido", describieron.
Dentro de la caja de madera había un envase de telgopor que contenía 30 ampollas con una sustancia utilizada para lifting facial, de marca Israderm, y una jeringa con ácido hialurónico, marca Sofiderm; los productos eran de origen israelí y "carecían de los avales aduaneros y sanitarios necesarios para su importación en forma legal".
"Justamente, la importación de este tipo de mercadería requiere el aval de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), sin el cual su importación está prohibida", explicaron desde el organismo.
La importancia de esta certificación radica en que de esta manera "se garantiza que los productos que entrarán en contacto con en el cuerpo de las personas sean seguros y cumplan con los estándares que aplica la autoridad sanitaria; así, la falta de intervención de la ANMAT respecto de los productos constituye una infracción al Decreto 1490/92".
La forma en en la que se intentó ingresar esa mercadería también supone una transgresión al Régimen de Equipaje, establecido en los artículos 489 y 490 del Código Aduanero.
"La importación de este tipo de mercadería no es admitida por el mencionado régimen, por lo cual fue secuestrada. El valor de los productos en infracción se estima en $1.000.000, por lo cual, en los términos del artículo 977 del Código Aduanero, podría caber una multa de hasta $3.000.000", explicaron.
El organismo destacó que viene realizando "un fuerte control sobre este tipo de productos, que pueden poner en riesgo la salud de la población argentina" y que hace pocas semanas descubrieron que una cirujana costarricense intentaba ingresar al país prótesis mamarias sin los avales sanitarios correspondientes.
A fines de septiembre pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 28, que condenó al médico Aníbal Lotocki por lesiones graves, rechazó pedidos de detención que habían sido presentados en su contra por el fiscal Sandro Abraldes y la querella liderada por Fernando Burlando en representación de la familia de Silvina Luna.
La decisión quedó plasmada en un fallo unipersonal del juez que puso de relieve que Lotocki estuvo siempre a derecho y que actualmente se encuentra condenado a 4 años de encarcelamiento "supeditado a que la sentencia adquiera firmeza, lo cual hasta este momento no aconteció".
Silvina Luna falleció el 31 de agosto pasado, a los 43 años, en el Hospital Italiano del barrio porteño de Almagro, donde había estado internada desde el 13 de junio, como consecuencia de un agravamiento de su estado de salud producto de una mala praxis de Lotocki, quien en 2011 le había producido una intoxicación de metacrilato que derivó en un cuadro de hipercalcemia e insuficiencia renal.