El auditor general por el FdT, Lisandro Teszkiewicz, expresó a Télam Radio su preocupación por la falta de controles detectadas en la compra de material fundamental para hacer frente a la pandemia del Covid-19. Detectaron contrataciones directas sin controles, proveedores que no estaban habilitados, sobrecostos y triangulaciones.
A pedido de la Legislatura porteña, la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires descubrió "múltiples irregularidades" en las compras realizadas durante la emergencia sanitaria de Covid-19 por el ministerio de Salud de la ciudad.
“Lo que nos encontramos es muy preocupante”, aseguró a Télam Radio el auditor general por el Frente de Todos, Lisandro Teszkiewicz, al destacar que el manejo de los fondos destinados a la pandemia en la ciudad de Buenos Aires “ha sido escandaloso”.
Entre las irregularidades descriptas en el informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, Teszkiewicz explicó que detectaron como “una constante” la falta de controles internos que “permitieron que los expedientes avancen con esas irregularidades y lleguen a concretarse las compras sin los controles debidos”.
“Horacio Rodríguez Larreta vuelve a demostrar que, para él, donde hay una necesidad hay una posibilidad de negocio de su club de amigos”
En este marco, el auditor porteño reflejó que, al momento de la emergencia sanitaria, en CABA existían cuatro licitaciones en formato de orden de compra abierta que le permitían al gobierno porteño requerir a precios acordados previos a la pandemia, barbijos, camisolines y otros insumos médicos indispensables para la situación.
“Sin embargo en vez de utilizar esa vía, la ciudad de Buenos Aires salió a contratar por la vía de contratación directa y a comprar a los nuevos valores que existían durante la pandemia esos mismos insumos”, agregó.
De esta manera, según la investigación realizada, la ciudad de Buenos Aires salió a comprar barbijos tricapa de un solo uso a una empresa llamada CINMORE S.R.L. y consiguió un precio por contratación directa de 35 pesos la unidad.
Sin embargo, Lisandro Teszkiewicz aclara que cuando se quiso hacer una segunda compra, “esta empresa les dijo que debían contratar a través de otra empresa que se llamaba Roitz S.A. y que era su representante comercial”.
El informe remarca que, aunque esta empresa llamada Roitz S.A. no estaba habilitada para contratar por la ciudad porque tenía faltante de información administrativa en el Registro de Proveedores, la ciudad de Buenos Aires hizo dos nuevas compras: la primera a 68 pesos el barbijo y la segunda a 71, “generando un sobrecosto para la ciudad de entre el 94 y el 104% según cada una de sus compras”.
Otra de las irregularidades marcadas por la auditoria es que, durante la emergencia sanitaria, el gobierno de la Ciudad “le compró insumos médicos a empresas que no estaban habilitadas” para venderlos.
“No cualquier empresa puede vender este tipo de materiales, hay que estar inscripto, hay que estar aprobado por el ANMAT, hay que tener una serie de controles para poder vender material médico”, sostuvo sobre este punto Teszkiewicz.
En relación a mas compras de barbijos y camisolines, añadió que el informe demuestra que se hicieron a una empresa llamada EZAY S.R.L. “cuyo objeto es el objeto del marketing, de la consultoría en marketing para la modificación de marcas empresarias”.
Para el auditor general por el FDT, estas acciones marcan la sensación de que “un conjunto de amigos del larretismo, teniendo dinero a disposición, salió a invertirlo en comprar aquellos insumos que ya sabía que la ciudad iba a necesitar, para después vendérselos a la ciudad”.
“Horacio Rodríguez Larreta vuelve a demostrar que, para él, donde hay una necesidad hay una posibilidad de negocio de su club de amigos”, sintetizó sobre el informe el integrante de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires.