Según todas las fuentes gremiales, la movilización será multitudinaria y en el acto se leerá un documento de claro, fuerte y neto corte político que condenará "la avaricia inconmensurable de los formadores de precios, que provoca la profundización del proceso inflacionario y los alarmantes índices de pobreza en los sectores más vulnerables".
Por Adolfo Rocasalbas
La CGT, la CTA y otros espacios sindicales como la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) se movilizarán el miércoles próximo desde la Plaza de la República hacia el Congreso en rechazo de "los formadores de precios y la especulación", y leerán "un documento de corte político".
La CGT convocó a los trabajadores a marchar a partir de las 15 y, en una publicación en redes, expresó que "primero está la Patria" y demandó "desarrollo, producción, trabajo, diálogo y consenso".
En términos similares se expresó el titular de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) y diputado nacional por el Frente de Todos (FdT), Hugo Yasky, quien repudió a "los especuladores, a los grupos económicos concentrados y a los formadores de precios" y notificó que esa central obrera se movilizará el miércoles en respaldo del Gobierno.
El secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, cotitular de la CGT y vicepresidente de la Federación Internacional del Transporte (ITF), Pablo Moyano, ratificó esta semana desde Roma, donde participó en un encuentro global de gremios del transporte, la movilización del 17 "en defensa de los salarios y los convenios colectivos de trabajo y para que los especuladores y los evasores se dejen de una vez por todas de joder".
"Es preciso que cese de inmediato la remarcación de los precios de los alimentos de los ciudadanos, por lo que la movilización del 17 será multitudinaria y con una clara consigna: basta del robo empresario del plato de comida de los argentinos", enfatizó Moyano.
El plenario de más de 80 secretarios generales del Fresimona, que conduce Moyano, había ratificado unos días antes esa movilización en el predio gremial del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (Setia), donde también participaron los gremios de la CFT y de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).
En un documento se aseveró entonces que "la movilización repudiará el accionar de los empresarios formadores de precios, que provocan un elevado proceso inflacionario, atentatorio del bolsillo de los argentinos", al señalar que ese sector "está fuertemente acompañado por la derecha política y los medios que destruyeron a la Argentina".
La denominada "mesa chica" de la CGT también ratificó la marcha, más allá de la disidencia interna de algunos dirigentes, quienes habían planteado la necesidad de levantarla para "otorgarle oxígeno" al nuevo ministro de Economía, Sergio Massa,.pero finalmente se impuso por mayoría la necesidad de realizarla ante "la crisis económico-social, el contexto general y las necesidades de los trabajadores y los vulnerables".
Carlos Acuña, cotitular de la CGT, jefe del gremio de playeros y estaciones de servicio y exdiputado bonaerense por el Frente Renovador (FR) -quien responde al gastronómico Luis Barrionuevo-, se había pronunciado por levantarla, pero no halló eco entre sus pares.
La convocatoria
La movilización había sido aprobada el 21 de julio, en ocasión de sesionar el último consejo directivo de la central obrera y, de forma inmediata, se sumaron a la protesta la CTA de Yasky, la CFT de Sergio Palazzo, el Fresimona y otros movimientos sociales.
La CGT había fundamentado la convocatoria en la necesidad de exigir "urgentes respuestas" a la clase política ante la crisis y para denunciar maniobras especulativas.
"La CGT rechaza la especulación económica, exige soluciones claras y condena a los formadores de precios que agudizan el proceso inflacionario y la pobreza", dijo la central obrera.
Según todas las fuentes gremiales, la marcha será "multitudinaria" y, en el acto, "se leerá un documento de claro, fuerte y neto corte político" que condenará "la avaricia inconmensurable de los formadores de precios, que provoca la profundización del proceso inflacionario y los alarmantes índices de pobreza en los sectores más vulnerables".
"La decisión de volver a las calles será un mensaje a la clase política. La marcha no fue convocada ni a favor ni en contra del Gobierno sino para defender paritarias libres y trabajo digno. La CGT respaldará al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner", afirmó hace algunos días Pablo Moyano a Télam.
El único sector que se diferenció de la CGT, la CTA y los otros espacios gremiales fue la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (Ugatt) que conduce el ferroviario Omar Maturano, que deliberó hace algunos días y decidió no sumarse a la marcha a la espera de que "se pongan en marcha las nuevas políticas".
"La marcha fue convocada por la querida e imprescindible CGT, a la que la Ugatt pertenece, pero hoy es conducida por tres facciones que no representan al movimiento obrero en su conjunto", sostuvo un documento del sector, que añadió que movilizarse contra los formadores de precios "no es armonizar entre el capital y el trabajo y, por lo tanto, ello conduce a una lucha de clases no propia del Movimiento Justicialista".
La Ugatt fue relanzada por Maturano luego del congreso de renovación de autoridades de la CATT del 7 de octubre último, como consecuencia de múltiples y variadas diferencias que mantiene con su titular y adjunto, Sergio Sasia y Juan Carlos Schmid.