Este medio le consultó a Elías Sapag, representante provincial ante la AIC, por el efecto de las nevadas de los últimos días sobre el río Neuquén: "para los caudales de los ríos será simplemente un pulso, ayuda pero no reemplaza abril, mayo, junio y julio, no los reemplaza", insistió.

Sapag, un experto en las cuencas neuquinas, explicó que las nevadas y lluvias "Alivian el turismo y alivia la travesia (de la trashumancia), porque esta humedad y con estos calores que van a empezar a hacer, los pastos van a crecer, de alguna manera el verdín va a ayudar, pero para los caudales de los ríos será simplemente un pulso, ayuda pero no reemplaza abril, mayo, junio y julio, no los reemplaza, simplemente disminuye la intensidad del agua que necesitamos se disminuya. Es decir nosotros tenemos un déficit de 2700 hectómetros, esta nevada probablemente nos de unos 200 hectómetros cúbicos para poderlos almacenar. Todavía faltan 2500", graficó.

Sobre las previsiones para el año 2022, detalló que es la misma que la actual. "Tener cuidado con el agua, llevar muy de cerca la meteorología para poder ir monitoreando la nieve y la lluvia, fundamentalmente ahora en la primavera y esperar que el invierno 22, nos devuelva el agua, la nieve".

"Sí vamos a empezar un 2022 con mucho cuidado con el agua y pocas reservas, pero garantizamos el uso de todos estos meses, setiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, vamos a garantizar el agua para las ciudades, el riego y las industrias", detalló.

No obstante, Sapag precisó que las represas harán la diferencia. "Obviamente aguas arriba son más sufridos los problemas porque evidentemente no se tiene embalse que pueda contener el agua", describió. Y Buena Esperanza está "aguas arriba".