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Una comitiva económica de alto nivel, encabezada por el ministro Luis Caputo, confirmó su viaje a Estados Unidos con la urgencia de finalizar los términos del paquete de asistencia financiera con el Tesoro. La partida se produce en un clima de expectativas rebajadas, luego de que el secretario Scott Bessent rectificara públicamente la naturaleza de la ayuda, asegurando que esta no implicará el desembolso de "dinero fresco", sino que se limitará a un swap de monedas.

La delegación y el cronograma de presión

Junto a Caputo integrarán la delegación el presidente del Banco Central, Santiago Bausili; el viceministro José Luis Daza; y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. La confirmación del viaje, que sigue a la invitación extendida por el gobierno de Donald Trump, ha generado especulaciones en círculos políticos sobre un posible anuncio antes del 27 de octubre, el primer lunes después de las elecciones legislativas, buscando estabilizar los mercados.

Pese a la aclaración de Bessent, el presidente Javier Milei había deslizado previamente un abanico de posibilidades, incluyendo la potencial recompra de títulos en el mercado secundario por parte del Tesoro, e incluso la compra de deuda argentina en el mercado primario. Estas opciones, que sí involucran inyección de capital, quedaron aparentemente descartadas por la reciente declaración del funcionario norteamericano: "Solo vamos a darles una línea de swap, no vamos a poner dinero en la Argentina".

Tensión geopolítica y críticas internas en EE. UU.

Bessent desestimó las críticas internas que acusaban a la Casa Blanca de beneficiar a los inversores estadounidenses en Argentina. En cambio, enmarcó la ayuda como una cuestión de interés geopolítico: "Lo que estamos haciendo es mantener los intereses estratégicos de Estados Unidos en el hemisferio occidental".

No obstante, el apoyo al gobierno de Milei despierta una fuerte resistencia en la política interna de EE. UU., particularmente entre los productores sojeros norteamericanos ubicados en los sensibles "swing states" electorales, quienes ven la asistencia a un país competidor como un perjuicio.

Adicionalmente, en Washington circulan versiones sobre un supuesto "desgano" o falta de colaboración del Gobierno argentino para facilitar la ayuda, lo que ha generado dudas sobre la capacidad de gobernabilidad del líder libertario.

En este contexto de incertidumbre, el encuentro programado entre Milei y Donald Trump para el próximo 14 de octubre se convierte en un hito crucial. La city financiera clama por ver la ayuda oficializada ("show me the money"), y en esferas oficiales se especula que Washington podría intentar realizar algún anuncio relevante antes de la cumbre para evitar que una nueva crisis cambiaria en Argentina opaque la reunión presidencial.