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El financiamiento provincial se encamina a un virtual congelamiento, lo que garantiza una escalada de la tensión entre los gobernadores y el Gobierno Nacional inmediatamente después de las próximas elecciones. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), las transferencias automáticas a las provincias se encuentran prácticamente en el mismo nivel real que en 2024, tras un periodo de crecimiento que se truncó a mediados de año.

Este panorama de recursos estancados es el combustible que intensificará el conflicto por el financiamiento, que ya se evidenció con la crisis por el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).

El "piso alto" de ganancias y la causa del quiebre

El IARAF reportó que, en septiembre, los envíos federales cayeron un 10,3% real, dejando el acumulado de los primeros nueve meses de 2025 con una suba real de apenas 2,4%. Este quiebre en la dinámica se originó en el principal componente de la coparticipación: el Impuesto a las Ganancias.

Entre enero y abril de este año, la coparticipación crecía en un promedio del 10%. Sin embargo, en mayo se produjo la caída. El motivo es técnico: debido al impacto de la devaluación de 2023 en los balances empresariales, mayo de 2024 había sido un mes de recaudación récord. Al compararse con ese "piso alto", la cifra de este año se desplomó, revirtiendo la tendencia de crecimiento.

Esta situación de "muñeca política" tensa y recursos congelados hace prever que la demanda de las provincias por un mayor financiamiento "recrudecerá" durante el debate del Presupuesto 2026 en el Congreso.