Los recientes datos de pobreza del INDEC, que ubicaron al 10% de los adultos mayores bajo la línea de pobreza, están siendo duramente cuestionados por especialistas y organizaciones. La ONG HelpAge divulgó un informe demoledor: en 2024, el 73% de los adultos mayores se encontraría, en realidad, en situación de pobreza. Este abismo estadístico reaviva el debate sobre la metodología oficial de medición.
La cruda realidad se refleja en las cifras del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA): de los 6,12 millones de beneficiarios, el 47% cobra la jubilación mínima o menos, un haber que ascendió a $320.277 en septiembre más un bono de $70.000. La situación es crítica, ya que, según la Defensoría de la Tercera Edad, la canasta básica de un jubilado era de $1.200.523 en abril. Ni siquiera quienes cobran el equivalente a dos jubilaciones mínimas logran cubrir los gastos esenciales.
Las fallas metodológicas que ocultan la pobreza real
Expertos aseguran que la metodología del INDEC sistemáticamente subrepresenta la pobreza en la población de adultos mayores. Juan Ignacio Bonifiglio, investigador de la UCA, una de las primeras instituciones en objetar las cifras, señaló que la medición no contempla aspectos decisivos en sus condiciones de vida.
Los principales puntos de conflicto son:
1.Gastos de Vivienda: La medición oficial no considera como pobres a jubilados que, a pesar de cobrar la mínima, deben afrontar el gasto de un alquiler por vivir en un hogar unipersonal sin ser propietarios.
2.Medicamentos y Servicios: Para el INDEC, es irrelevante si un adulto mayor tiene sus medicamentos cubiertos al 100% por PAMI o si debe pagarlos por completo. Como señaló el economista Hernán Letcher: "Si tienen los medicamentos gratis o no los tienen, para la medición de pobreza es lo mismo, y claramente no es lo mismo”.
3.Canasta Desactualizada: Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad, explicó que la canasta del INDEC no contempla los gastos de cuidado y los insumos específicos que requiere esta población, asumiendo una "estructura familiar con niveles de asistencia que ya no existen más".
Además, Semino añadió una problemática ignorada: el costo de los lugares de internación geriátrica. "No se consiguen geriátricos por 3 o 4 millones de pesos", aseguró, advirtiendo sobre la falta de camas, incluso en PAMI, donde la espera puede ser de seis meses a un año.
Críticas generalizadas a las cifras oficiales
El cuestionamiento a la metodología de medición de la pobreza no es exclusivo del sector de adultos mayores. Luego de que el INDEC reportara un 31,6% de la población total bajo la línea de pobreza para el primer semestre de 2025, las críticas se hicieron extensivas:
·UCA: El Observatorio de la Deuda Social de la UCA resaltó que la caída de la pobreza informada está "sobrerrepresentada" debido a la falta de actualización en el cálculo de las canastas básicas.
·CEPA: Desde el Centro de Economía Política Argentina se concluyó que la falta de reflejo del aumento de costos en servicios y transporte en la Canasta Básica Total hace que "una mayor cantidad de hogares aparece por encima de la línea de pobreza, incluso cuando sus ingresos no han tenido un crecimiento significativo en términos reales”.
·Proyecciones Alternativas: Estudios independientes, como el de la consultora Equilibra, estimaron que la pobreza en el segundo semestre de 2024 alcanzaría al 43,3% de la población, casi nueve puntos por encima de las estimaciones oficiales para ese momento (34,7%).
La crítica más directa provino de los mismos trabajadores del INDEC agrupados en ATE, quienes desmintieron la narrativa oficial: “Milei no sacó a 12 millones de personas de la pobreza”. Argumentaron que la comparación se realizó sin considerar el efecto de la devaluación de diciembre de 2023 y la inflación posterior, y que la caída debería ser del 40% para validar esa cifra, algo que no ocurrió. El sindicato también alertó sobre el aumento de renuncias de profesionales altamente calificados en el organismo debido a los bajos salarios.