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El Senado de la Nación se encamina a tratar en los próximos días el veto presidencial al proyecto de distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), una iniciativa que había sido aprobada con 56 votos afirmativos en la Cámara alta y que fue impulsada directamente por los gobernadores provinciales.

La publicación del veto en el Boletín Oficial del jueves por la noche generó una rápida reacción de la oposición, que busca dejar sin efecto la decisión del presidente Javier Milei. En este marco, la atención política se desplaza hacia la Cámara de Diputados, donde el oficialismo encuentra un terreno algo más favorable, aunque no exento de derrotas recientes.

Ausencias llamativas en la votación

La aprobación del proyecto en el Senado se dio en un contexto de fuertes tensiones con la Casa Rosada y con ausencias notorias en el recinto. No participaron de la votación los mendocinos Rodolfo Suárez y Mariana Juri, el chaqueño Víctor Zimmermann, la entrerriana Stella Maris Olalla, el bonaerense Maximiliano Abad y la cordobesa Carmen Álvarez Rivero.

Tampoco estuvieron presentes la neuquina Lucila Crexell, el formoseño Francisco Paoltroni —ya alineado nuevamente con los libertarios— y el salteño Juan Carlos Romero, cuyo mandato concluye en diciembre y suena como posible integrante del futuro Gabinete nacional.

La relación con los gobernadores

La tensión se trasladó también al vínculo con los mandatarios provinciales. La semana pasada, los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) mantuvieron un encuentro con el nuevo ministro del Interior, Lisandro Catalán, en el marco de la denominada mesa federal. De la reunión también participó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aunque las conversaciones no lograron destrabar el conflicto por los ATN ni por la distribución de impuestos a los combustibles.

El bloque Las Provincias Unidas aparece como un espacio clave para las negociaciones, aunque la relación del oficialismo con varios de esos gobernadores se encuentra fracturada. Allí confluyen Ignacio Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz).

En muchos casos, la falta de senadores propios limita la influencia directa de los mandatarios en la votación. Torres, por ejemplo, mantiene ascendencia sobre Andrea Cristina (PRO) y Edith Terenzi, mientras que Llaryora cuenta con la voz de Alejandra Vigo, vinculada al peronismo cordobés y cercana al exgobernador Juan Schiaretti.

Nuevas tensiones en la UCR

Otro de los focos de conflicto se dio en Corrientes, donde el gobernador Gustavo Valdés —que venía de ser aliado de Milei— rompió relaciones con el armado libertario. El senador radical Eduardo Vischi, jefe de la bancada de la UCR, fue uno de los más críticos. Incluso el peronista Carlos “Camau” Espínola, que en su momento se proyectaba como candidato de La Libertad Avanza, terminó incorporándose al esquema político de Valdés.

En un encuentro realizado este viernes en Río Cuarto, Córdoba, varios gobernadores reforzaron su malestar hacia la gestión nacional. Allí, Valdés lanzó una dura advertencia: “Estoy cansado de ir a Buenos Aires y que me reciban funcionarios de tercera línea”.

Con este escenario, el oficialismo afronta una nueva pulseada en el Congreso con pocas herramientas políticas y un frente opositor que, aunque heterogéneo, parece decidido a no convalidar el veto presidencial.