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En un nuevo capítulo de la tensión política entre el oficialismo y la oposición, el gobernador bonaerense Axel Kicillof salió al cruce de las acusaciones del presidente Javier Milei respecto al reciente fallo adverso sobre YPF. Kicillof, a quien Milei responsabilizó por la sentencia de la jueza Loretta Preska que exige a Argentina el pago de $16.100 millones o la cesión del 51% de YPF, rechazó tajantemente las críticas.

Desde La Plata, el gobernador defendió la expropiación de YPF como una medida esencial para recuperar el control de los recursos energéticos y calificó el fallo de Preska como "disparatado y cuestionable", atribuyéndolo a la acción de un "fondo buitre". Kicillof advirtió que la ley argentina exige una mayoría calificada de dos tercios del Congreso y el consentimiento de las provincias (propietarias del 49% de las acciones) para cualquier transferencia de acciones de la petrolera. Además, anunció una investigación sobre la relación entre las autoridades nacionales y el fondo demandante.

La postura de Kicillof no solo busca defender su gestión y la política de nacionalización, sino que también se enmarca en la creciente confrontación política en la provincia de Buenos Aires, donde se anticipan elecciones cruciales, buscando afianzar su liderazgo.