El Día de la Bandera encontró al Gobierno con dos escenarios principales de celebración y mensajes distintos. El presidente Javier Milei encabezó el acto en el Campo Argentino de Polo en Palermo, rodeado de su gabinete, mientras la vicepresidenta Victoria Villarruel viajó a Rosario para la ceremonia central, donde sentenció: “No hay otro lugar para honrar a Manuel Belgrano”, una frase que resonó como una crítica a la elección del presidente.
Desde el Campo de Polo, Milei aprovechó la oportunidad para dirigir críticas veladas a gestiones anteriores, particularmente al kirchnerismo. "Durante años, la política utilizó a las Fuerzas Armadas como chivo expiatorio para reducirles el gasto en Defensa, bajo el argumento de que los uniformados eran los malos y los responsables de la decadencia nacional”, sostuvo. Continuó su discurso aludiendo a la soberanía, afirmando que "se llenaron la boca hablando de soberanía, como si la soberanía fuera agrandar el Estado para beneficiarse a sí mismos”.
La decisión de Milei de no asistir al acto principal en Rosario, liderado por el gobernador santafesino Maximiliano Pullaro, y la consecuente presencia de su vicepresidenta en dicho evento, generaron un notable contraste en la jornada patria.
Acompañando al Presidente en Palermo estuvieron la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y los ministros de Defensa, Luis Petri; Seguridad, Patricia Bullrich; Justicia, Mariano Cúneo Libarona; Salud, Mario Lugones; y Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. También se hicieron presentes el secretario de Comunicación y Medios, Manuel Adorni; la secretaria de Legal y Técnica, María Ibarzabal Murphy; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y las principales autoridades de las Fuerzas Armadas.