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El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, cuestionó la represión a los jubilados y señaló que “la protesta es legítima y se está criminalizando”.

“Cuando se hace una protesta, se sufre una violencia previa", dijo y continuó: "Cuando un jubilado sale a reclamar es porque está sufriendo la violencia de no poder comprar remedios o de no llegar a fin de mes. Esta es la primera violencia", apuntó.

En la misma línea detalló: "Cuando una persona sale a la calle por falta de trabajo, ha vivido la violencia de sentirse fuera de trabajo o fuera de las posibilidades de conseguirlo. Si a esa violencia se responde con más violencia yo tengo que hacer la advertencia: me parece que estamos criminalizando la protesta”, sostuvo.

El que instaló el debate fue el Papa Francisco al afirmar que "Me hicieron ver (un video) filmado de una represión. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay: gas pimienta de primera calidad. Que no tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas. El gobierno se puso firme: en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta. Le convenía. Ténganlo en cuenta", dijo el Sumo Pontifice.

Tras la apreciación, sectores políticos argentinos, muchos de ellos vinculados a LLA, cuestionaron al líder católico marcándolo como el “papa peronista”. Ojea expresó que con esa descripción "se pretende achicarlo, empequeñecerlo".

Monseñor Oscar Ojea también volvió a advertir sobre el inquietante avance de la ludopatía vía el juego online y el drama del tráfico de drogas. "El narcotráfico está operando como un Estado dentro de otro Estado. El narcomenudeo es vivido hoy en nuestros barrios como un trabajo más, se lo toma con naturalidad. Si no nos preocupamos por políticas públicas en los barrios carenciados, los estamos entregando al narco", consideró.