La diputada Lorena Parrilli (UxP) presentó un proyecto propio para reglamentar la consulta popular, en sus versiones vinculante y no vinculante, titulado “Institutos de la consulta popular”, que presenta algunos aspectos sustanciales vinculados a la transparencia y la participación ciudadana, no incluidos en los proyectos del oficialismo.
Estas inclusiones tienen el objetivo de impedir que el espíritu de la consulta, tendiente a fortalecer la democracia e incorporar la voluntad popular, sea vulnerado o sesgado, tanto en la formulación de las consultas como en el desarrollo de las campañas.
Aspectos distintivos
“En primer lugar, el proyecto de nuestro espacio político incluye aspectos que otros no, como por ejemplo el de la participación ciudadana. Esto es, que la comunidad sea incluida en la formulación de las campañas que incluirán la pregunta sobre las que se expresará luego, por sí o por no, a través de personas o de las organizaciones que luego se verán afectadas, además de los otros poderes del estado, el legislativo y el judicial”, sostuvo la diputada.
“La pregunta debe ser formulada de manera clara, para evitar que las respuestas sean inducidas en uno u otro sentido. Justamente por esto, se debe restringir la posibilidad de que el poder ejecutivo haga campaña y lo mismo con las empresas privadas, para impedir que inclinen la voluntad popular y desvirtúen el sentido de la consulta”, agregó.
“Por este mismo motivo, de acuerdo a nuestro proyecto, las consultas populares no pueden realizarse de manera simultánea con las elecciones nacionales ni provinciales, porque estas podrían generar un efecto arrastre”.
“La Constitución de la provincia de Neuquén recepta desde su reforma en el año 2.006, varios mecanismos de participación ciudadana, y en su Título II en particular determina los mecanismos de democracia semidirecta”, afirma el texto del proyecto, en el apartado de Fundamentos, de manera que se trata de una cuenta pendiente de la política, desde hace casi dos décadas.
Contexto
Según Parrilli, las consultas populares son una herramienta valiosa, que podría contribuir a la recuperación del vínculo de la sociedad con la política, hoy roto por la creciente crisis de representación, alimentada por el discurso antipolítico oficial, que constituye el signo distintivo de estos tiempos.
Este discurso (“nido de ratas”, “casta”, “degenerados fiscales”), no sólo daña la legitimidad sino que genera un clima de creciente violencia, en principio verbal y simbólica, que fue condición de posibilidad del atentado fallido contra la entonces vicepresidenta Cristina Fernandez de Kirchner, del que se cumplieron dos años recientemente.