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Por: Gustavo Suarez, Presidente Bloque MPN Plaza Huincul.
El Intendente veto la reducción de Patentes y ya se venció en plazo de volverla atrás.

La conducción política es amarga cuando se tienen que tomar decisiones en época de crisis, a menos que se tenga el corazón de piedra.

Se cumplió el plazo que prevé el artículo 72°de la Carta Orgánica para revertir el VETO de la Ordenanza 1985/24 sobre REDUCCIÓN de PATENTES, que pretendió ser un de auxilio ante la impotencia producida por el descontrolado aumento de precios de bienes y servicios.

Recordemos que, en abril, este Proyecto de Ordenanza tenía el apoyo del Ejecutivo, apoyo que se alcanzó a condición de que se socorran también a los empresarios transportistas. El consenso permitió la aprobación con voto unánime del Concejo Deliberante y el Ejecutivo la vetó en mayo.

La excusa de Larraza para vetar la reducción de patentes fue “que no puede disponer de una rebaja de patentes al 50 % porque de aplicarse, no se respetaría el pacto de gobernanza que se firmó en febrero pasado con los intendentes y el gobernador Rolando Figueroa, en Chos Malal.”

En nombre de la gobernanza, el Intendente ahora deberá demostrar su valentía, a pedido de Figueroa, y presentar el proyecto de “Tasa Vial”. El Intendente Larraza deberá hacer lo que hizo Rioseco y pagar el costo político por lo acordado, aguantar la crítica, decepcionando a muchos de sus seguidores y amigos que se sienten perjudicados.

Estamos inmersos en una crisis, el Presidente dice que “no hay plata” mientras se restringen fondos que, por Derecho, les pertenecen a provincias y municipios. Entonces hay que recaudar, el asunto es hasta donde se aprieta el lazo. El poder adquisitivo del salario es mínimo y lo será más con los aumentos que se avecinan. A esto se le suma la sensación de que no todos podemos afrontar los sacrificios y mientras amplios sectores están tratando de subsistir, otros especulan con beneficios.

La Ordenanza 1985 de REDUCCIÓN DE PATENTE pretendía equiparar las cargas, y podría haberse ejecutado, sin perjuicio del aplicar la “Tasa vial”, poniéndole a esta coyuntura “una de cal y una de arena” para seguir construyendo consenso y gobernanza con sensibilidad social. Larraza la vetó.