Por: Dady Rubio - Periodista FM Sur Zapala
Javier Milei gano en la provincia de Neuquén su segunda vuelta con más del 60% de los sufragios. Esto convierte a la provincia en “Libertaria”. La respuesta es simple: De ninguna manera.
Neuquén es una provincia netamente estatista. Toda su maquinaria gubernamental está asentada en la esencia del “estado benefactor desde la década del 60”. En ese sentido, Felipe Sapag es más “Chavista” que el mismo Nicolás Maduro.
Ahora, todos sabemos que Javier Milei tiene “menos cintura política que un elefante”. Para él, la política no es el arte de lo posible sino “de lo necesario”. Por ende, es necesario que no exista El Estado, los políticos de turno (a excepción de la casta libertaria y Macrista), las organizaciones sociales, los jubilados, los empresarios prendarios, y por sobre todo “los peronistas con aroma a Kirchneristas”.
Todo huele mal en la República Libertaria de Javier. Pero, para el mismo Javier, todo está podrido en la Confederación Patagónica de Gobernadores.
Su enfrentamiento con el Gobernador de Chubut no es político sino filosófico. No puede haber “hombres dependientes de los recursos del Estado” porque en la República de Milei no existe el Estado sino la anarquía capitalista.
Rolando Figueroa, el Gobernador de Neuquén, no es Chávez ni mucho menos “El Che” Guevara, está más cerca del Papa Francisco con filosofía de “Guardia de Hierro” que de Juan Grabois. Sin embargo, y a pesar de su “equilibrio” frentista libertario: Tiene a funcionarios adeptos a Milei en su gobierno. El Rolo no puede ir en contra de la filosofía cultural neuquina que pregona un “estado benefactor y sobre todo omnipresente”.
La batalla política en Neuquén es fundamentalmente cultural. Algo, que todavía no logra definirse a nivel nacional. Mientras “La libertad avanza” en las redes sociales neuquinas, en la calle Rioja, donde está la Gobernación, se abroquelan en la defensa de una “neuquinidad chavista”.
Neuquén no es la Venezuela de Chávez ni Maduro. Aunque su supervivencia dependa de los hidrocarburos como el país bolivariano, y su capital humano sea el dialogo, Figueroa sabe que sin estado no hay provincia, y viceversa.
El Gobernador de Chubut, Ignacio Torres, fue el detonador de algo que se sabía iba a explotar más temprano que tarde. La Confederación Patagónica de Gobernadores está en “estado de sedición”, y la respuesta de Milei fue contundente: "El Gobierno está cumpliendo la ley, no se ha alejado en nada de las normas vigentes. No quiere decir que no esté dispuesto a dialogar con gobernadores, pero dialogar implica dialogar, sobre todo, no ‘dennos la plata y arréglense ustedes'...".
Javier Milei no sólo tiene la cintura política de un elefante, sino que, además, ahora ese elefante está en un bazar.
Un peligro que no se sentía desde el año 2001.