El juez Martín Del Viso ordenó la detención de un subcomisario y cuatro oficiales que participaron del procedimiento posterior al momento de los disparos contra la víctima y sus tres acompañantes. El joven de 17 años fue asesinado el 17 de noviembre pasado.

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Cinco policías de la Ciudad fueron detenidos en las últimas horas como acusados del encubrimiento del crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado de un balazo por efectivos de la Policía de la Ciudad en noviembre último en el barrio porteño de Barracas, por lo que ya son 14 los efectivos de esa fuerza de seguridad presos por el caso, informaron fuentes judiciales.

Estas nuevas detenciones fueron ordenadas por el juez de la causa, Martín Del Viso, a pedido del fiscal Leonel Gómez Barbella, quien les imputó los delitos de “encubrimiento agravado, privación ilegal de la libertad agravada y falsedad ideológica” en función de que habrían “alterado” rastros y pruebas en el lugar del hecho.

En un fallo de 14 páginas al que accedió Télam, el magistrado ordenó la inmediata detención del subcomisario Ramón Jesús Chocobar, y los oficiales Sebastián Baidon, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa, todos de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad.

Dos fuentes con acceso al expediente y una policial informaron a Télam que estos cinco se encontraban esta tarde detenidos y en calidad de comunicados en dependencias de la Policía Federal Argentina (PFA).

En la orden de detención, el juez también había solicitado que se les secuestraran sus teléfonos celulares. “A tenor de lo valorado, entiendo que las circunstancias relatadas no pueden ser neutralizadas con cautelares de menor intensidad que la detención de los imputados, medida que al menos de momento se revelan como necesarias, idóneas y proporcionadas en este estado de la investigación”, sostuvo Del Viso.

De acuerdo al fallo, el subcomisario detenido “aparece como suscriptor del parte informativo” que daba cuenta de la detención de tres sospechosos “en un ´enfrentamiento´ que no fue tal”.

Mientras que tres de los oficiales apresados fueron quienes habrían reducido y esposado a las víctimas junto a un cuarto que se trató de uno de los primeros en arribar a la escena, donde se sospecha “plantaron” un arma de utilería en el auto de los adolescentes.

A su vez, el juez recordó que la fiscalía indicó en su requerimiento que “al llegar el personal policial a ese lugar del procedimiento cuestionado, los nombrados les habrían referido a los adolescentes frases tales como ‘a estos villeritos, hay que darles un tiro en la cabeza a cada uno. Dónde tenés la falopa, dónde está el arma con la que mataste a tu amigo’”.

Además, en esas circunstancias, los policías aparentemente aplicaron “tormentos y sufrimientos físicos y psicológicos” a los tres adolescentes que acompañaban a Lucas.

“En esta dirección, la gravedad de los hechos hace razonable el planteo fiscal en cuanto a la seria posibilidad de riesgo de fuga y entorpecimiento para la investigación”, consideró Del Viso y opinó que estando en libertad, los acusados podrían “destruir, modificar, ocultar, suprimir o falsificar elementos de prueba, así como influir en los testigos del hecho”.

Por su parte, Gregorio Dalbón, abogado querellante, destacó que de esta manera ya hay “14 detenidos” en la causa dado que había tres policías procesados con prisión preventiva por el homicidio calificado y otros seis por el encubrimiento. El viernes, a un mes del crimen de Lucas, la familia aseguró que "no quiere venganza ni tiene rencor" y solo "desea a los culpables un juicio justo", según dijo Dalbón.

En tanto, el pasado martes Del Viso procesó con prisión preventiva a los comisarios Juan Romero y Fabián Du Santos, al subcomisario Roberto Inca, al inspector Héctor Cuevas y a las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño; también de la Comisaría Vecinal 4D.

A todos ellos los considera coautores de los delitos de "falsedad ideológica, falso testimonio y encubrimiento agravado en concurso ideal", a su vez en concurso real con "privación ilegal de la libertad agravada y porque en desempeño de un acto de servicio cometieron vejaciones contra las personas que se detuvieron".

Además, a Miño, Fariña, Cuevas e Inca los procesó por falso testimonio ya que declararon como testigos en el sumario que inició la PFA una vez que se apartó a los de la Ciudad de la pesquisa.

A su vez, hay otros tres policías porteños, Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Issasi, que también fueron procesados con prisión preventiva por el "homicidio calificado" de Lucas, luego de que el juez Del Viso, a pedido del fiscal Gómez Barbella, consideró que procedieron de forma "arbitraria, irracional e ilegal" y que luego "urdieron una trama para tergiversar los hechos".

El hecho
El crimen sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando Lucas y sus amigos salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.

Tras ello fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar. De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.

Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impacto en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y murió horas después en el hospital "El Cruce" de Florencio Varela. En la autopsia se determinó que el mismo joven presentaba una herida de surco de proyectil en un pómulo, también disparado por la policía.