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La Policía Bonaerense asestó un golpe decisivo a una organización criminal dedicada a realizar entraderas en la Zona Oeste, logrando la captura de su presunta líder, Mayra Solorzano (37). La mujer, que era buscada desde hace más de un año por la DDI de La Matanza, fue arrestada en una situación inusual: se encontraba en una peluquería de Gregorio de Laferrere haciéndose reflejos.


La detención, llevada a cabo por agentes encubiertos que se hicieron pasar por clientes, interrumpió abruptamente el turno de Solorzano. La acusada, que incluso pidió a los oficiales unos minutos para finalizar su teñido, fue trasladada a la comisaría con el cabello a medio terminar.

Desarticulación de la banda y complicidad policial

La investigación, iniciada en 2024, responsabiliza a Solorzano de al menos ocho robos a viviendas. Con su captura, la Justicia da por desarticulado un grupo que ya había visto caer a cuatro de sus integrantes.

El caso tomó un giro escandaloso al revelarse que la organización contaba con un informante activo dentro de la Policía de La Matanza. Se trata del teniente Blas Osvaldo Camacho, quien presuntamente facilitaba información crucial sobre los movimientos de los patrulleros y las alertas del 911, permitiendo a los ladrones operar sin ser detectados. Camacho había sido detenido en abril, cuando se presentó a cumplir sus funciones.

Según la investigación del Juzgado de Garantías N° 3, Mayra Solorzano actuaba como nexo entre los delincuentes y el agente corrupto. Su rol era clave: elegía los objetivos, asignaba las tareas y, durante la comisión de los asaltos, se mantenía en contacto directo con Camacho para monitorear el movimiento de las fuerzas de seguridad.

Tras meses de tareas de inteligencia, la policía localizó a la jefa de la banda. Solorzano enfrentará cargos graves, incluyendo robo agravado por el uso de arma de fuego, cometido en poblado y en banda, asociación ilícita y tenencia ilegal de arma de guerra.