La madrugada del miércoles 4 de diciembre se vio alterada por un nuevo episodio de inseguridad que tuvo como protagonista a un delincuente con un extenso historial de robos y agresiones en la ciudad de Centenario. Pese a haber sido detenido en flagrancia tras varios actos vandálicos, la Justicia dispuso su liberación a pocas horas de su aprehensión, generando gran indignación entre los vecinos. (Foto gentileza Centenario Digital)
El sujeto, conocido por el apodo de “Lagrimita”, fue interceptado por efectivos de la Comisaría N°52 luego de una serie de alertas vecinales y del Centro de Monitoreo. El raid delictivo comenzó en el cruce de las calles Honduras y Nicaragua, donde el reincidente dañó la ventanilla trasera derecha de un vehículo Fiat Palio estacionado para sustraer la radio de su interior.
La detención se concretó a escasas cuatro cuadras del primer robo. El asaltante fue capturado frente a la Escuela N°360, en la intersección de Honduras y Perú, mientras intentaba apoderarse de un reflector y realizaba destrozos al patear portones de casas particulares. En el momento de la demora, el personal policial recuperó el estéreo robado del automóvil.
El desenlace de esta detención, sin embargo, replicó el patrón de incidentes anteriores: el delincuente fue trasladado a la sede policial, pero el Ministerio Público Fiscal ordenó que fuera simplemente notificado de la causa y puesto en libertad a las cuatro horas de haber sido apresado.
Esta medida judicial reactiva el debate sobre la denominada "puerta giratoria" en el sistema penal, que permite que individuos con múltiples antecedentes penales vuelvan rápidamente a las calles, perpetuando un ciclo de violencia y robos que afecta directamente la tranquilidad de los habitantes de Centenario.
